Capítulo 14

104 5 1
                                    

Narras tú:

Tras compartir unos besos más, acabamos por sentarnos en el lugar que Harry había preparado. Tenía tantas cosas que preguntarle.

-¿Cómo has hecho todo esto en unas horas? -necesitaba saberlo, no podía creer que lo hubiera hecho solo.

-Pedí ayuda y me la concedieron, eso es todo -me guiñó un ojo-. Pero eso no es lo importante, lo que me agrada es que te haya gustado -tomó mi mano y besó mis nudillos.

-No me ha gustado, me ha encantado -dije conmovida por su ternura. Sabía que a su manera le costaba ser así.

-Entonces supongo que ha valido la pena -sonrió mostrándome sus hoyuelos.- Ven.

Tomó mi mano y me llevó más cerca de la casa, al porche que supongo daba al interior. En él había un sofá valancín. Sobre él también había faroles de colores. Había pensado en cada detalle.

Pese a ser tan temprano, en pleno invierno como estamos, oscurece realmente rápido y las pocas estrellas que cubren el cielo no tardan en aparecer. Pero hoy era diferente, sí había oscurecido pero las pocas estrellas se habían convertido en cientos.

No sé si será porque estamos en las afueras y aquí no hay tanta contaminación o es porque el destino nos ha sonreído una vez más, pero la vista era preciosa

Harry se sentó en el sofá y apoyó su espalda en el respaldo. Acto seguido me tomó de la cintura y me echó sobre él. Me abrazó y yo me acurruqué sobre su pecho. Podía escuchar a su corazón latir y era una hermosa melodía.

- Esto me recuerda a la senda del cielo -murmuró Harry.

Me incorporé un poco y lo miré.

- ¿La senda del cielo? -pregunté en un susurro.

Ambos hablábamos muy bajito, como si estuviéramos contando el mayor de los secretos.

- En un lugar determinado de Irlanda, cada dos años una noche de verano aparece en el cielo la senda del cielo. Es una especie de camino o de senda que se forma en el cielo con estrellas, es un fenómeno muy extraño que solo puede verse desde ese lugar exacto, visto desde otro punto no es igual de impresionante -me explicó con entusiasmo.- De pequeño, fui con mis padres y mi hermana y desde entonces siempre he querido volver.

Miré sus ojos, brillaban con anhelo. Estaba recordando aquellos momentos. De un momento a otro, una nostálgica sonrisa se dibujó en su rostro.

- Suena increíble -dije igual de entusiasmada, sonriendo.

- Algún día te llevaré y lo veremos juntos -acarició mi mejilla suavemente, emocionado ante la idea.

- Me encantaría -sonreí- debe ser una vista maravillosa.

- Lo es -me miró, sus ojos llegando hasta mi alma- pero aún así prefiero mirarte a ti.

Sonreí llenándome de ternura.

 Coloqué mis manos en sus mejillas y acerqué mi rostro al suyo, posando mis labios sobre los suyos. Eran pocas las veces que yo tomaba la iniciativa y se sentía bien hacerlo, aunque acababa entreabriendo los labios para que él los manejara a su antojo. Me hacía sentir querida.

- Tanto tiempo -murmuró entre besos.

Puso sus manos en mi nuca pidiendo por más cercanía. Acabé sentada sobre su regazo mientras me besaba, con pasión y a la vez cariño.

- ¿De qué? -logré preguntar.

Se separó un poco de mí depositando un pequeño beso en la punta de mi nariz.

ßelieve it [Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora