Hola...
La verdad, me encanta escribirte y saber que aunque no lo leerás, seguro que llegará hacia tu pensamiento.
Variables somo todos, porque pecamos y no controlamos.
¿Pero, pecar es malo cuando se hace de manera relevante?
Porque así es como peco yo contigo.
Eres mi cómplice, y eso nadie lo cambia, debido a esto las cosas se dan tan espontáneamente que provoca es agarrar a besos la vida.
Dime, ¿alguna vez te has puesto a pensar si quieres conocerme o conocernos?
Un corazón algo reservado que se supone que nunca podría estar encendido, conoció la impureza perfecta de la pasión cuando te miró.
¿Para tí es el amor o para mí es el amor de estar contigo?
Son sentimientos recíprocos, que se juntan siendo tan diferentes.
¿Sí pensaste muy bien como me tienes, no? Me mantienes jugando a quién cae primero, aunque ambos simplemente nos tiremos por opción.
Tus besos, joder...
Mi perdición sería en sí que algún día ellos no tuviesen nada de sentimiento consigo.
De eso se trata todo, que puedas conocer cada una de mis emociones en esos, pequeños pero centrados regalos que simplemente doy cuando tú me das algo de tí, para conservarlos siempre. Pero...
Mi verdadera adicción es tu mirada.
Esas verdaderas conexiones que pasan más allá de lo que debería.
Entrelazados por nuestras capas, más allá de lo físico.
Y te preguntarás, ¿No somo almas libres, porque somos jóvenes?, sí, es verdad lo que dices.
¿Pero, sabes qué?
No vas a conectar de una manera tan selectiva ni con tu propio universo, si sigues pensando que soy como las demás, porque créeme, puedo simplemente dejar de amarme, pero, ¿Dejar de amarte? es tan olvidadizo.
Porque en tu mirada obscura, encontré el paraíso más brillante de todos.
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Mis colores para tí.
Teen FictionCartas destinadas a alguien que sin importar el qué, nos atrapa y nos conduce a otro mundo, el amor.