La entrevista (1ª Parte)

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Había pasado más de una semana de la "revelación", del mensaje en twitter y de la ausencia de noticias. Pero aún así, la vida sigue y las obligaciones habían colmado la vida de Aria que aparte de trabajar, comer y dormir: Tenía que sacar tiempo para revisar el ordenador todos los días.

Ante la falta de posibilidades, decidió que madrugaría un poco más, se levantaría media hora antes y así podría revisarlo todo antes de salir.

La falta de respuesta la exasperaba. Pero por otro lado no la sorprendía: había sido un final tortuoso y con demasiadas asperezas. Prefirió dejar pasar un poco el tiempo, dejar que su mensaje calara en la morena y que se planteara que contestarla: ella sabia que lo haría.

Buscó en internet la canción y la descargó directamente en su móvil, escuchándola todo el rato. Vista desde el exterior, seguramente parecería algún tipo de acosadora, de mujer que ha perdido la cabeza por una artista en ciernes. Para ella, no era más que un modo adicional de sentirse cerca a la que fue el cambio en su vida.

El rostro se le iba apagando con cada puesta de Sol. La esperanza era lo único que le quedaba en un mundo en el que vivir con la misma era absurdo, inmaduro: Nada suele salir bien y menos en temas amorosos.

Volvió a su rutina después de un mes sin que pasara nada nuevo, sin ideas nuevas. Todo volvía a ser trabajo, casa, trabajo...

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Aquella mañana se levantó vomitando, algo de lo que había tomado la noche anterior le había sentado como una patada en el estomago. Tenía todo el cuerpo dolorido frente al esfuerzo y le costaba incluso ponerse de pie de nuevo para llegar hasta la mesa donde reposaba el teléfono.

Una vez allí, marcó el número de la oficina.

- ¿Hola? - La voz de su jefe sonó al otro lado - Perdone señor pero esta mañana me he levantado fatal, vomitando y todo eso. No voy a poder ir.

Una voz afable, comprensiva le respondió desde el otro lado.

- No se preocupe, tome el día de descanso y mañana nos vemos - La contestó muy asertivamente - Sobreviviré - remarcando un ligero toque de humor al final de la frase.

Colgó y tomó algo de desayuno que a duras penas consiguió mantener dentro de su cuerpo. Decidió que lo mejor para pasar aquello era quedarse una mañana en la cama así que, ni corta ni perezosa, se volvió a esconder bajo las sabanas de su lecho con el portátil en las manos.

Volvió al twitter. Novata como se sentía, anduvo trasteando en todo intentando aprender más cosas que se le hubieran pasado por alto. Inició una búsqueda y seleccionó el nombre de su obsesión. Luego le dio al enter. Al instante emergieron un montón de mensajes referidos a Liz y todo el boom que estaba generando su reciente "subida al estrellato". Estaban organizados según número de retweets, o como lo llamaba Aria "gente que había corrido la voz". Buscó el primero de la lista y le sorprendió que fuera de una cadena de televisión, más concretamente: de un programa del corazón que se emitía en la misma.

@CorazonArdiente "Hoy en corazón ardiente tenemos a la expareja de la estrella en ciernes @L1z. Atentos todos a esta exclusiva: Es una chica. ¡No os lo perdáis!"

Aquello despertó la curiosidad de la castaña que hasta aquel momento no conocía las identidades de personas que hubieran compartido tiempo con Liz antes que ella, o quizás fuera después... En sus encuentros la verdad es que hablaba poco de su vida privada. Casi de lo que más había hablado era de música. Aún recordaba aquella cita en la que le cantó la canción que había compuesto para ella.

Se estiró en la cama para alcanzar el mando de la televisión y darle rápidamente al canal donde emitían ese programa. Suspiró de alivio cuando comprobó que el programa no había hecho otra cosa que empezar y, justamente en ese momento, se estaban quitando los títulos. Dejó de nuevo el mando a su lado, se arropó hasta el cuello y intentó no perder lujo de detalle de lo que emitían.

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