Era sábado en la noche. Era la noche del baile de bienvenida. Estaba en mi cuarto frente al espejo contemplando como combinaba todo en mí, el peinado, el maquillaje, el vestido, los zapatos y los accesorios.
Llevaba un vestido purpura con un escote en forma de corazón, dejaba la mitad de mi espalda al descubierto y la falda caía muy delicadamente hasta tocar el suelo. El vestido estaba combinado con unos tacones altos color beige y unas pocas joyas. Mi cabello caía libremente por mi espalda con mis ondas naturales. El maquillaje se centraba en mis ojos ahumados con mis labios muy sutiles para tener un balance.
Me di una última mirada al espejo y salí de mi habitación. En el salón común estaban sentadas Carolina—quien llevaba un lindo vestido rojo con un escote profundo y su cabello con un lindo recogido—junto a Carolina estaba Taylor muy elegante con su traje. Junto a ellos estaban Leo, también muy elegante con su traje y Valentina—que llevaba un vestido corto en dos colores, negro hasta la cintura y un degrade de gris hasta terminar la falda que estaba un poco por encima de la rodilla—. Para completar al grupo que me esperaba estaba mi mejor amigos Ian—habíamos decidido ir juntos ya que yo rechazaba la idea de tener pareja aquí dentro e Ian no había conseguido una “victima”—vestía un traje negro igual que los otros dos chicos. Ian era muy apuesto, tenía un cabello castaño con unas iluminaciones naturales rubias, los ojos azules y una cara y un cuerpo digno de un modelo de revista.
-Al fin sales. ¿Nos vamos?—dijo Carolina con un tono de burla.
-Lo siento—dije en medio de una carcajada—. Vámonos.
Salimos caminando en parejas hacía el gran salón donde siempre se realizaban este tipo de cosas. Debo admitir que me gustaban los bailes del internado, eran de las pocas cosas divertidas que se hacían aquí adentro. Unos 10 minutos después ya estábamos cruzando las elegantes puertas de madera y vidrio del salón.
Todos estaban completamente deslumbrantes. Creo que a estas alturas sobra decir que éramos uno de los colegios más exclusivos y costosos de todo el país. No cualquiera estudiaba aquí y eso se notaba en eventos como estos. Vestidos de diseñador y marcas costosas eran desfilados por alumnos del Boarding School Blessed Trinity esta noche. La música, la decoración, todo era digno de un baile de esos a los que la mayoría aquí estábamos acostumbrados a ir junto a nuestras familias. Amaba los bailes del internado porque aquí no tenía a mis padres vigilándome todo el tiempo y simplemente podía ser yo—una chica que es más que una cara bonita—.
Una hora después estábamos sentados en una gran mesa que cubría un perfecto mantel color champaña y el un centro de mesa hecho de rosas blancas. En la mesa estábamos mi grupo original—Carolina, Taylor, Valentina, Leo, Ian y yo—y además Kimberly y Josh. Kimberly llevaba un vestido corto negro. El vestido apretaba hasta sus muslos, no tenía escote en la espalda y mucho menos en el busto y lo terminaban unas anchas mangas largas. Josh por su parte llevaba un traje azul oscuro. Se veía bastante apuesto con ese traje. Era alto, sobre su traje se notaba su entrenamiento como parte del equipo de Lacrosse, su cabello negro un poco despeinado y esos ojos grises combinaban perfectamente.
Igual que todos los años escuchamos las palabras de bienvenida de la señora Evanson y de algunos profesores. Antes de lo pensado ya había pasado el protocolo, la cena y ya había comenzado la música para bailar. Había bailado unos cuantos temas con Ian y uno que otro con Taylor. Todos reíamos en la mesa mientras contábamos antiguas experiencias.
-Claro que lo recuerdo—dijo Ian partiéndose de la risa sobre la mesa.
-¿Cómo podríamos olvidar algo así?—dijo Carolina ya con una lágrima saliendo por culpa de la risa.
-Fue excelente lo sé, lo sé—dijo Kim igualmente reída—. Pero necesito ir a retocarme el maquillaje. ¿Me acompañas Valen?
-Claro. También necesito retocarme.
-¿Puedo acompañarlas?—preguntó Carolina.
-Claro.
Diciendo esto las tres se levantaron de la mesa camino al baño, dejándome a mí sola en una mesa con cuatro varones. Si bien me llevaba bien con los chicos ya no sabía de qué hablar así que saque mi celular de mi bolsa y empecé a revisar algunos mensajes. Tenía unos cuantos de mi hermano, que no había visto esta noche—al parecer era más divertido quedarse con alguna chica del internado en el cuarto haciendo quien sabe qué, que salir con nosotros—aun así me había escrito un par de veces hoy. Era algo protector y aún no me creía que entre Ian y yo no pasaba nada más que una amistad.
-¿Quieres bailar?—me preguntó Josh sacándome de mi ensoñación.
-C-claro—dije tomando la mano que me ofrecía.
Nos dirigimos a la pista de baile pero no iba del todo cómoda. Había aceptado porque si algo me ha enseñado mi madre es que no es cortés rechazar una invitación a bailar pero Kimberly no tardaría en volver a la mesa y no sabía si le disgustaría que yo estuviera en la pista con su novio. Taylor era diferente, nos conocíamos hace años y Carolina y yo éramos como hermanas, era una situación completamente diferente.
Ya en la pista Josh coloco una de sus manos sobre mi cintura y con la otra sostuvo mi mano, mi mano libre se colocó sobre su hombro y empezamos a bailar una canción lenta. Esto era más incómodo aún. ¡Trágame tierra!
Aproximadamente un minuto después vi que las chicas habían vuelto a la mesa y Kimberly nos observaba.
-¿No deberías estar bailando con tu novia?—pregunté a Josh.
-Tú te ves mejor hoy. Además… Kim tiene dos pies izquierdos.
Intenté no ruborizarme ante su comentario. De una u otra forma me había dicho que me veía bonita hoy.
-No es cierto. Kim baila bien—dije fingiendo enfado ante su comentario.
-Sí. Pero no tan bien como se esperaría. Tú por tu parte… bailas mucho mejor.
-Es tu novia. ¿Cómo puedes hablar así de ella?—mi voz llena de indignación.
-¿Así cómo? Simplemente digo la verdad. Eso no quiere decir que no la quiera—una pequeña sonrisa en sus labios.
-Como dije antes… eres un petulante, engreído y un completo imbécil.
-¿Imbécil?—rió un poco.
-Completo imbécil.
-Te aseguro que me han dicho cosas peores, muñeca—dijo acercándose un poco más a mí.
-No lo dudo. Y dame un poco de espacio ¿quieres?
Era un completo imbécil. No sabía cómo Kim había terminado con un hombre como Josh. Era todo un cretino. Deseaba con ansias que la canción terminará ya para poder volver a mi asiento en la mesa.
Finalmente la canción termino y volvimos a la mesa. Continuamos con nuestras conversaciones, las risas iban y venían, a veces nos levantábamos a bailar y las copas de champaña debían ser rellenadas constantemente.
Aproximadamente a las 2 de la madrugada volvimos a nuestras habitaciones. Había sido una gran noche excepto por mi baile con Josh. Creo que esta era la gota que había derramado la copa y ya lo consideraba lo más despreciable que había podido pisar el planeta tierra. Excluyendo eso mi noche había sido perfecta. Ahora era solo cuestión de mantenerme alejada del mayor petulante que había conocido. Siempre hay que mantener a esas personas lejos de tu vida.
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El amor NO se elige ©
Ficção Adolescente¿Y si el chico que te gusta tiene todo lo que odias? ¿Y si ese chico tiene novia? Pero peor aun ¿qué pasa cuando ese chico también siente cosas por ti? ¿Se puede elegir a quién amas? Esta es la historia de Dayana y Josh. Una historia de amor que se...