Su respiración recorría todo mi cuello, me hacia erizar la piel, su voz tan gruesa paralizaba mis 5 sentidos.Sus pulgares acariciaban lentamente mis mejillas. Yo solo cerraba los ojos, un miedo inmenso recorría todo mi cuerpo, un frío recorrió cada una de mis extremidades.
-Tú, eres solo para mi, de nadie más.- da un largo y pesado suspiro, para después continuar.- sabes lo que puede sucederte, si me traicionas ¿verdad mi angelito soñador?.- solo me limitaba asentir con la cabeza mientras seguía con los ojos cerrados, mi nerviosismo era más que obvio, mi cuerpo temblaba.
-No te escucho, mi pequeño ángel.- susurra en mi oído, provocando que mi cuerpo se estremeciera, mi cabeza daba pequeños tic's, su voz cada vez se volvía aterradora.
-S-si, m-mi a..-mi boca no se atrevía a pronunciar esa palabra, mi miedo era más grande; tomó con fuerza mi brazo, sin soltarla. Hace un movimiento, provocando que nuestros cuerpos se juntaran más, no soportaba su cercanía, me daba horror el simple hecho de tenerlo junto a mi.- A-amor..
Soltando fuertemente mi brazo, me empujes con fuerza hacia el suelo, provocando que chocara con la mesa.
-así me gusta.- dice mientras se acerca a mi.-mi pequeño ángel.- vuelve a susurrar en mi oído.
Mis ojos aún seguían cerrados, no me atrevía a mirar su rostro, lo desconocía por completo.
Abrí lentamente mis párpados, el se había volteado hacia el lado contrario de mi, poniendo su capucha sobre su cabeza, su vestimenta era totalmente negra.
-¿Quien eres?.- le digo mientras se acerca a la puerta tomando la manecilla.
-El dueño de tus pesadillas.
♡
Me levante de un golpe, mi corazón latía a una velocidad apresurada, el sudor recorría todo mi cuerpo, mi respiración era agitada.
-otra vez la misma pesadilla.- dije mientras miraba el reloj.
Eran las 6:00 am, en una hora entraba a mis cursos de pintura.
Abrí las cortinas, estaba nublado.
Me puse una playera blanca, fajándola dentro de mis Jens de mezclilla oscura; cogiendo mi suéter color Aqua.
Salí rápidamente, después de haber tomado una caliente taza de chocolate caliente.
Al salir del edificio saco mi celular para pedir el servicio de un taxi, llegaría aproximadamente en 10 minutos, según la información de la señora que me atendió.
Opte por tomar asiento en una de las pequeñas bancas que están ubicadas fuera del edifico, el aburrimiento se apoderó de mi, por lo cual deslizaba mi dedo sobre la pantalla de mi celular sin dirección alguna o con el fin de matar el tiempo, me sentía incómodo, percibía una gran tensión, como si alguien me observara.
Me pare inmediatamente al observar que el taxi se acercaba.