Un millón de estrellas y un deseo

Frente a Frente

Aún recuerdo cuando me dijeron que llegaría un día en el cual se caerían las estrellas sin piedad y de esta manera herir  a las personas, no sé si pueda ocurrir pero si llegara a pasar...  tal vez sería algo bueno... Ya sabemos que pienso que las estrellas son personas... Y si esas personas volvieran a bajar...

—¿Ya estás listo Javier? - pronuncia mi padre desde el otro lado de la puerta.

—Creo que sí... Ahora salgo. - me veo por última vez en el espejo inspeccionando mi rostro lleno de desesperanza o más bien dolor mezclado con triste lo cual parece casi lo mismo.

Durante todo el viaje mi padre pasó callado yo también lo intente pero no fue posible y llegue a preguntarle que si en verdad él creía que lo que había sucedido había sucedido con Ryan. Lo que ocurrió fue algo tan inesperado nadie se imaginaba que eso iba a pasar y menos yo; Hace una semana murió y aún recuerdo la noche en la cual había intentando encontrar su rostro entre las estrellas...
Me entere de su muerte a las 3 de la mañana, una llamada me despertó en la cual la madre me intento contar entre llanto que habían encontrado a su hijo muerto en lo más alto de una montaña gracias a la hipotermia y a una herida en la parte posterior en su pecho. Muchas hipótesis se iniciaron desde un intento de asesinato de un extraño hasta una herida causada por una caída. Las supuestas causas de su muerte fueron demasiadas y no era que los doctores no supieran que sucedió si no que eran las personas que no sabía que sucedió; los doctores lo dieron por muerto por hipotermia. Pero hay algo que nadie sabe, sólo yo y su madre y las personas que encontraron su cuerpo... Un tipo de nota o carta, la cual no me atrevo a leer lo único que sé es que la encontraron en la mano de Ryan con algunas manchas de sangre, su madre me la entrego. las letras que resaltan en la hoja dicen: «Léelo Javier»  en el momento en que  su madre me la dio espero a que la leyera en voz alta pero no lo hice solo la doble y la metí en la bolsa trasera de mis jeans y desde entonces ya no me pongo esos jeans hasta ahora, y aún no he leído la nota. No sé que pueda decir, no sé de que hable pero tampoco lo quiero saber hay algo en mi que se resiste tal vez por el simple hecho de que si la leo llorare y gritare su nombre esperando una respuesta... Una respuesta que jamás volveré a escuchar.

—Hemos llegado. ¿Quieres que te acompañe hijo? - dice mi padre mientras se desabrocha el cinturón

—No te bajes, iré solo. Gracias. - bajo del auto y cierro la puerta con detenimiento en busca de algún gesto de mi padre que me diga «Tú puedes hijo»

Camino tranquilo paso tras paso, cruzo la entrada. Entre los mausoleos me encuentro en busca de algo que me dé fuerzas para poder tomar la nota que llevo en la bolsa trasera de mis jeans y leerla. Le temo a la muerte cuando camino entre mausoleos, es algo tan tedioso. El momento llego y aquí estoy en frente de la tumba de Ryan Villalba el joven que murió congelado... ¿o asesinado?