Mi nombre es Afrodita

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– ¡Mama me voy! ¡Te amo! – grito fuera de la casa.

Corrí detrás de Anna y Carter, esos dos idiotas solo golpeaban la puerta de casa u se iban.

– Hola – dije agitando mi mano derecha.

– Hola – respondió Carter con su sonrisa tipo Colgate.

– Mmm – dijo Anna con la boca llena.

Reí, Anna odia desayunar y Carter y yo nos turnamos para llevarle y obligarla a tomar desayuno.

Y Anna estaba comiendo unas galletas de avena.

Tiene un complejo con las vitaminas y el bajar de peso.

Caminamos en silencio, solo escuchado a Anna mascar y tratar sus galletas.

– ¿Estas segura?– replicó Anna, por fin había terminado sus galletas.

– Anna – dijo Carter abrumado.

Suspiré y sonreí.

– Si, estoy muy segura – empecé a caminar más rápido a la entrada del colegio.

– ¡Eso fue sarcasmo! – dijo Anna en un pequeño grito.

Reí.

Siempre es así.

Y me gusta que sea tan preocupada.

– ¡No era sarcasmo! – dijo Carter, revolviendo su cabello.

Entre al colegio sin pensar mucho.

Vi a Demian a lo lejos. Estaba solo, sonreí y corrí hasta quedar tras el.

– ¡Me gustas! – dije, la gente a nuestro alrededor dejo de hablar.

Mi mejor amiga estaba pálida detrás de mí, Carter tiritaba.

Y "Demian", se dio vuelta.

No era Demian.