Capítulo 6: Y tanto tiempo después

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Ya habían pasado tres años desde que Lucía y Ángel rompieron todo tipo de contacto. Ella se había graduado, había encontrado trabajo en una importante editorial , y ya casi había superado los traumas del pasado. Lorenzo siempre decía que era una chica muy fuerte, y no le faltaba razón.

En cuanto a Ángel, después de dejar aquella ciudad, se sumió en una gran tristeza, de la que sólo lo sacó la pintura. Pintó más que en toda su vida, y fue cosechando una serie de éxitos que, poco a poco, consiguieron ayudarlo a salir adelante. No volvió a la ciudad en mucho tiempo. Ahora tenía pareja, una mujer que se llamaba Isabel. Era muy guapa y atenta, y lo ayudaba con el arte.

Cuando regresó a la ciudad, por inercia, paseó por todas las calles por las que había ido con Lucía, cuando aun pensaba que se llamaba Lidia. Si tan sólo le hubiera dicho la verdad un tiempo antes, si no lo hubiera ocultado durante tanto tiempo, quizás hubiera conseguido perdonarla. Siempre había tenido la opinión de que el ser humano sólo se enamoraba una vez en la vida, de que ese sentimiento etéreo, era tan bonito, simplemente porque no se repetía, y era plenamente consciente de que su amor era, había sido y sería para siempre Lucía. Pero Isabel era una buena mujer, y se veía que lo quería mucho, quería una vida tranquila y estaba seguro de que con ella la conseguiría.

Iba a organizar una exposición en la ciudad, había regresado por eso. Como no sabía si Lucía seguiría en casa, alquiló una habitación de hotel. No quería verla, no quería sentir de nuevo lo que ella le provocaba, y mucho menos quería que se encontrara con Isabel, puesto que a la hora de contarle lo que había vivido en aquel lugar, había omitido ciertos detalles, algo de lo que no se sentía realmente orgulloso.

–Cariño, hemos contratado a Lui Hole para que nos lea algo en la exposición. Sabes que cuando la conocí en Roma me encantó. Leímos juntas algo de Ana Karenina, su autor es el favorito de Lui, así que dice que en honor a aquel encuentro, nos leerá un fragmento. ¿Te parece bien? Yo creo que cómo la temática de la exposición es el amor trágico, Ana Karenina es algo acertado.

–Siempre me sorprendes para bien. Debo de haber sido muy bueno en otra vida para merecer algo como tú, cielo.

Dio un casto beso a su novia, y la sentó sobe su regazo abrazándola después.

–Me hablas tanto de esa Lui que me voy a poner celoso.

Lucía llevaba mucho tiempo oyendo hablar de esa exposición, "El amor de L.". Sabía que era obra del novio de su amiga Isabel, que había trabajado mucho, y que todo su esfuerzo había sido recompensado, pues en poco tiempo había conseguido una gran cantidad de triunfos.

Cuando Isabel la llamó para invitarla a aquel evento, le dijo que era algo muy importante para la carrera artística de su novio, unos cuadros que había pintado cuando abandonó a su antigua novia, y que estaban cargados de un gran valor sentimental. Según ella, mostraban con claridad cómo Ann –así se llamaba aquel hombre– había pasado de un estado de tristeza y desazón profundas, a uno de aceptación y, poco a poco, cómo lo había superado. En un principio, a ella le chocó que dejase que su novio le dedicase algo tan importante a otra mujer, pero luego comprendió que la libertad es fundamental, y a su vez lo más bonito de una relación. Además, su amiga siempre sostenía que entre ellos había un amor y una química muy intensos.

Sin poderlo evitar, siempre acababa comparando la relación de Ann e Isabel, con la que ella tenía con Ángel, quizás porque era el único amor que ella había conocido, porque desde que él se fue, en su corazón ya no había espacio para nadie más, e Isabel siempre decía que Ann era quien llenaba su mundo.

Lidia, el nombre alternativoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora