Capitulo 11

146 6 0
                                    

La tercera cita sin duda fue memorable. ¿Qué hicimos? Simplemente cenar y ponernos al día. Harry estuvo realmente atento, pues no paró de repetirme que me echaría de menos y que tendríamos nuestra cuarta cita antes de lo que me imaginaba. Sabía que no tendría oportunidad de extrañar a Harry, seguro que no tenía tiempo entre una agenda tan apretada.

Ahora mismo me encontraba en el avión junto a Avan, Harry y yo habíamos pasado una noche alucinante, pero él se marchó antes de que amaneciera, para evitar rumores. Aquel roce de labios fue lo máximo a lo que llegamos en toda la noche, pero eso fue más que suficiente para saber que quería más. Así era, estaba empezando a creer que Harry y yo podemos tener algo, quizás en un futuro, cuando sus fans se lo tomen con algo más de calma y eso.

Antes de embarcar Harry me había mandado un mensaje deseándome buen viaje y diciendo que la de ayer había sido una de las mejores noches de su vida.

Adulador.

Tierno, pero adulador, sin duda. Pensaba mientras una ligera sonrisa aparecía en mis labios en el momento en el que leí el mensaje antes de tener que apagar el móvil para el viaje.

Durante todo el viaje Avan y yo estuvimos prácticamente ignorándonos. A ver, no es que nos odiemos ni nada de eso, es simplemente que vamos a estar unos cuantos días sin despegarnos, y es mejor mantener nuestra independencia todo lo que podamos.

Que intentáramos mantener nuestra independencia no fue excusa para que no pudiésemos ponernos al día con respecto a la noche anterior.

Estuvimos dándonos consejos el uno al otro, él por un lado, me decía que debía dejar que las cosas con Harry fueran adelante, sin estar presionada por las fans. Yo por mi parte, le dije lo orgullosa que estaba de lo que él y Victoria tenían. Me parecían una pareja muy estable y que se querían.

El viaje a Nueva York duró alrededor de unas 10hrs. 10hrs que dieron para bastante, desde leer y dormir, hasta pensar en lo que me había comentado Avan. Incluso me dio tiempo a pensar en mis queridas HS, la semana que viene eran los BAFTA y todas tendríamos que estar apoyando a Anna.

Nada más poner los pies en el suelo, Avan y yo fuimos a por las maletas, lo normal sería que fuéramos al hotel a descansar, acostumbrarnos al cambio horario y todo eso.

Eso sería lo normal.

En lugar de eso, Avan y yo fuimos al hotel, dejamos las maletas y salimos corriendo a disfrutar de Nueva York, hasta mañana no tendríamos nada que hacer, así que decidimos dar una vuelta por el lugar. Nada más pisar tierra y tener cobertura, los móviles empezaron a echar humo, con varios whatsapp, interacciones en Twitter, mensajes, etc., aunque ninguno de los dos fuimos muy conscientes de ello, ambos estábamos demasiado ocupados cantando por la calle las estrofas de Empire state of mind de Alicia Keys y Jay Z.

Todo eso habría sido más divertido de no tener algún que otro paparazzi detrás, no sabía que éramos conocidos incluso al otro lado del Atlántico. Así que...bueno...supongo que las noticias corren como la pólvora y más aún si tienes a chicas haciéndote fotos que seguro que irán a alguna red social...definitivamente desde Londres sabrían que nuestras ganas de hacer el bobo no se habían quedado ahí.

Después del momento musical, cantar Empire state of mind en Nueva York fue un sueño que Avan y yo habíamos tenido desde que nos conocimos, decidimos volver a ser personas conscientes y con lógica, por lo que fuimos a hacer turismo como cualquier extranjero e irnos a comer algo.

Se me hacía algo raro ir por la calle y que nos hicieran fotos, incluso un par de chicas llegaron a pedirnos autógrafos. Había algunos paparazzi detrás nuestro que ni se molestaban en disimular, al parecer, según nos contó Chad en una de las reuniones que tuvimos antes del viaje, las leyes de intimidad era más estrictas en Europa que en Estados Unidos, lo mejor era acostumbrarse. Aunque viendo la portada de aquella revista al pasar por un kiosco, está claro que va a ser complicado pasar desapercibidos.


Capturando el corazón de Harry Styles. AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora