Quería enterrar sus garras en su garganta y degollarlo.
— Te lo advierto Murosaki, esa alianza tuya no es de mi interés. — dijo de manera fría.
Su bestia gruñía en advertencia, quería que supiera que podía meterse su alianza por donde quisiera.
— Eso reforzaría tus tierras. — dijo. — Puedes tener a tu perra en el harem, mi hermana no objetará.
¡Al demonio!
De manera rápida sujetaba su cuello con firmeza y enterraba sus garras, el lugar olía a sangre y veneno.
— jamas en tu maldita vida te refieras de esa manera a ella. — dijo fríamente y en un gruñido. Sus ojos se estaban tiñendo, Subusa temblaba, sabia que no era rival para él. — Tu hermana no me interesa, así que, pueden largarse de mis tierras.
Apretó un poco más y lo soltó haciendo que callera sentado en el suelo y que jadeara en busca de oxigeno.
— Me las pagaras maldito. — sus ojos verdes eran fríos, pero podía notarse el brillo de la furia en ellos, era una llama candente. Salió y al salir al jardín, encontró a su hermana mal herida. Al mirar mejor su alrededor encontró a aquella mujer mirarla impasible.
Debía admitir, aquella demonesa era hermosa. Sus cabellos bailaban con el viento, brillaban al contacto de los rayos solares, sus ojos fieros e impasibles era de lo más hermosos, que al mirarte sentías como si pudiera ver a través de ti.
Sesshomaru al notar la mirada de Sebusa en Kagome, gruñó, odiaba que otros machos la miraran de aquella manera.
— ¡¿Que has hecho maldita perra?! — exclamó el DaiYoukai del Sur rompiendo su mirada impasible.
Ante tal apelativo, Kagome lo miró de manera aun mas fría que la mirada de Sesshomaru.
— A mi no me llamas de esa manera Lord de pacotilla. — su voz ya no era la misma, su bestia estaba en control.
Mentiría si dijera que sintió temor, pero lo sintió. Un miedo mas grande que con Sesshomaru, pudo sentir no solo youki, sino también reiki.
¿Quien es la mujer de Sesshomaru?
Si antes, el TaiYoukai era peligroso, ahora con aquella mujer de poderes sorprendentes, ahora era mucho más peligroso que antes.
Sesshomaru esta que se pavoneaba del orgullo que sentía hacia su mujer, era sorprendente, su poder era tanto que había causado que su miembro se pusiera erecto, aquella muestra de poder había causado que el aroma de la exitación llegara al olfato de la chica, causando que su zona intima reclamara atención.
Dejando libre a aquella mujer impertinente, tomó a su hijo y a su hija y se fue al castillo, pasando a un lado de su hombre dejando libre su aroma.
Una vez solo se dirigió al lord de sur que ayudaba a su hermana.
— Como habrás visto, MI — dijo recalcando el prefijo MI. — mujer es de armas a tomar. Así que no molestes y vete.
Se dio la vuelta buscando a su preciosa mujer. A la cual encontró en su despacho, buscó a sus hijos y los encontró en el jardín norte con la nana de ambos.
Y dentro de aquel despacho se desató la pasión del aquellos dos amantes.
~•~
Estaban de camino a ver a los antiguos compañeros de su mujeres, ella deseaba verlos después de mucho tiempo.
Cuando los encontró, ellos los miraban como a un monstruo de dos cabezas.
— ¡¿Que miarda?! — exclamó el hanyou asombrado.
Se que estuvo corto, pero así serán hasta el capítulo 10 el cual será el final.
¿Quien leyó la primera versión?
¿Les gusta como está quedando esta nueva versión?
Voten y comenten.
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Nos Enamoramos Por Que Nos Volvimos ¿PADRES? ©
Fanfic[EN EDICIÓN] Cuando menos te des cuenta, terminas envuelto en una situación que nunca esperaste. Dónde todo puede pasar, pero sobre todo, dónde puedes encontrar lo que tú corazón tanto anhela.