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La estación de King's Cross estaba abarrotada de gente como de costumbre. Ya era hora de volver a Hogwarts, y aunque de por sí, estaba emocionado por regresar a la escuela, aquella mañana se encontraba entusiasmado, pues esta vez, los pequeños de ambas familias entrarían junto a ellos a la escuela.

Era el segundo año de Dean, y se había pasado el verano entero contándoles anécdotas e historias del lugar a ambos jóvenes con mucha alegría, y allí estaban ahora, Sam Winchester y Castiel Novak encabezando al grupo a la vez que arrastraban sus respectivos carritos, con la emoción de entrar al expreso por primera vez.

Ambas familias se conocían desde siempre, los padres de los jóvenes habían sido amigos desde el primer año de Hogwarts, y desde aquel momento fueron inseparables, provocando que sus hijos tuviesen la misma relación entre ellos desde que nacieron. Dean siempre se había encargado de cuidar a los pequeños de las familias cuando todos se juntaban, y progresivamente, cuando el señor y la señora Novak tenían que ir a trabajar. Siempre había estado conforme con ello, incluso consideraba a Castiel como a un hermano mas al que proteger.

─ Vamos, con carrerilla y sin miedo.─ Pronunció Gabriel Novak a la vez que se posicionaba al lado de su hermano pequeño y le daba una leve palmadita en el hombro con intención de animarle.

El joven asintió poco convencido y giro la cabeza hacia atrás en busca del apoyo del mayor de los Winchester, que al ver los nervios del contrario, le sonrió con amabilidad a la vez que le intentaba incitar a base de gestos, que no tuviese miedo a atravesar el muro.

Gabriel al ver la indecisión de su hermano indicó que iba a ir el primero, y cogiendo carrerilla dejo atrás las estaciones nueve y diez de King's Cross para entrar de lleno en el andén nueve y tres cuartos.

─Sam, tu turno.─ Indicó su madre acercándose a él y poniendo su mano derecha en su hombro izquierdo, el muchacho, igual de dudoso que el anterior, miro a su madre a los ojos buscando consuelo, la mujer le dedico una sonrisa tranquilizadora, y después observo a su primogénito, que aun observaba la escena desde detrás.─ No os quedéis atrás.─ Y después de pronunciar aquellas palabras convenció a Sam para que entrasen al andén.

Después de que el menor de los Winchester y su madre desapareciesen a través del muro, Dean y Castiel se quedaron solos, pues Mery había sido la única en poder acompañar a los niños al no tener que ir a trabajar.

─¿Estás bien?─ Preguntó Dean con una leve sonrisa, el contrario asintió, y tomo una gran bocanada de aire para después suspirar con lentitud.

─Estoy listo.─ Dijo contemplando al joven de ojos verdes.

Dean asintió ante sus palabras y le indicó con la cabeza que el fuese primero en atravesar el muro.

─Adelante, voy justo detrás de ti, lo prometo.

Y después de decir aquello, el joven Castiel, armándose de valor, atravesó la columna de ladrillos rojos hasta llegar al andén nueve y tres cuartos, donde los demás les estaban esperando para montarse en el expreso a Hogwarts.

Entre paredes de piedra. [Destiel AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora