Capítulo 1. Error en el sistema.

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—"Bitácora del coronel Crawford: Nos encontramos a las tres horas de la madrugada al norte de la zona 24-38 asignada a nuestra brigada de rescate. Emitimos el código 3 vía radio portátil desde las 20:43 horas del día veintisiete del mes cuarto del año en curso, ya que el general a cargo descubrió que éramos presas de una emboscada. El enemigo contaba no sólo con un número mayor de efectivos, sino también con un área minada completamente fuera de nuestro conocimiento, así como armamento de grueso calibre al que no pudimos hacer frente. Sólo quedamos dos sobrevivientes, pero es improbable la resistencia. Agradezco que no vengan, sólo encontraran cadáveres."—


—Siempre ha sido tan optimista, coronel, deberían condecorarlo también por eso— respondió el Teniente Marshall Ferguson, un hombre de procedencia inglesa, que poseía una abundante cabellera blanca. Era difícil creer que el Mayor perteneciera a la corona británica, puesto que su piel morena y su extravagante mata platinada decían todo lo contrario. "Gustos interraciales de mi madre" siempre decía a modo de broma, aunque en realidad se sabía huérfano. Acariciaba los 35 años, veinte de los cuales se dedicó enteramente a la milicia. Pero en ese momento, no le preocupaba nada que tuviera que ver con el pasado. Descansaba sobre un bulto de ropas sucias y ensangrentadas, con el pecho completamente descubierto y una placa metálica pendiendo del cuello, en la que se había grabado nombre y código militar por medio del cual se distinguía. A pesar de que su gabardina regularmente poseía alguna medalla para denotar su rango, la prenda ya estaba hecha girones y le resultaba inútil traerla puesta.


—Al menos sabrán reconocer nuestros huesos cuando encuentren mi bitácora— reclamó la contraparte, Coronel William Crawford, quien a pesar de apenas figurar los 30 años, tenía la suficiente experiencia como para hacerse cargo de un ejército completo. Hombre alemán, de cabellera dorada y ojos azules, ahora estaba al mando de la pequeña tropa de dos que conformaban. Días atrás sospechaba una traición de parte de su país, ya que la brigada a la que pertenecían tenía conocimiento de información sensible que no debía llevarse a debate público. El resguardo político pudo más que la vida de los soldados, y a pesar de que se les envió a zona hostil de la noche a la mañana, Crawford jamás desacató una orden. Su sentido del honor rebasaba la obviedad de las circunstancias, y estaba convencido de que moriría como debía ser, como un soldado alemán cumpliendo su deber.


—Ni siquiera van a buscarnos. Esos bastardos lo que desean es que nos pudramos aquí y que no dejemos rastro, para después culpar al bando contrario y desatar una nueva guerra. Somos carne de cañón nada más, es lo mismo que en Irak con los norteamericanos, vinimos por nada y nada es lo que obtenemos al final. Oh, y una muerte miserable, si me lo permites decir. No pensé que iba a quedarme atrapado en una fosa lodosa hasta morir de hambre— refutó Marshall, masticando el último trozo de su puro favorito (a falta de encendedor), uno que siempre cargaba para fumar en las victorias. Solo que esta vez lo que aceptaba era la proximidad del gran final.


El aire estaba impregnado de aroma a podredumbre. Alrededor de la zanja, yacían los cuerpos destrozados de sus compañeros, en su mayoría, víctimas de las minas distribuidas inteligentemente en un radio de aproximadamente 800 metros. Ferguson les advirtió que seguramente una trampa mortal los esperaba, pues ese mismo patrón de eventos los experimentó en otras batallas, pero fue ignorado, y como resultado, únicamente logró salvar la vida de su coronel. Sin alimentos ni bebidas, era cuestión de tiempo para abrazar la inevitable defunción. Pero a Marshall le importaba muy poco la muerte. Dejó lo quedaba de su tabaco sobre una lata vacía, tan solo para arrastrarse hasta donde estaba su compañero, dándole un estirón al borde del abrigo del menor y robándole un beso, provocando que este se ruborizara de inmediato.

DOPPELGÄNGER (Locura x Sabiduría +AU humano)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora