ella lo hizo despertar

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Alejandra me llamo, yo desperte y le devolví el llamado, dije: hola, ¿que quería señorita?
Alejandra dijo: ¿podrías venir para mi casa un momento?
Le dije: está bien, me visto y voy.
Alejandra dijo: No entres por la puerta, entra por la ventana de atrás
Te tiraré una cuerda.
Le dije: okey, estaré hay en 15 minutos.
Me salí de la cama, me puse ropa, tome un bolso le eche chocolates, una cuchilla y un termo con café, unas linternas, me subí al jeep, cuando llegue fui a la parte de atrás de la casa, luego subí al segundo piso por fuera, Alejandra me abrió, entre y ella estaba con un pijama muy ajustado, se veía bastante sexy, tanto su trasero como sus senos se marcaban a tal punto de que le pedí que se pusiera ropa menos ajustada, se que me criticaran por hacer esto, pero ni me podía concentrar para escucharla, se puso un gran poleron que le tapaba todo el cuerpo hasta los pies, creo que era de color rojo.
Ella dijo: ¿que traes en ese bolso?
Le dije: chocolate y café. - le pase una barra de chocolate y el termo para que se sirviera café.
Ella dijo: ¿para que la trajiste?
Le dije: por lo que se el chocolate y el café son anti-depresivos o para que tengamos una conversación con algo para entretenernos, aunque conversar contigo de por si es divertido. - ella agarró las dos cosas y saco dos vasos que tenía debajo de la cama en los cuales vertió el cálido líquido llamado café luego partió el chocolate, a mi me dio chocolate y café al igual que ella, mientras comíamos conversábamos.
Le dije:¿para que me llamaste?
Ella dijo: sólo quería conversar y salir a dar un paseo.
Le dije: está bien, ¿de que desea conversar señorita?
Ella dijo: que tal de esa chica, Krishna, la de la fiesta.
Le dije: bueno, sólo diré que ella es la persona más sabia que conozco, al menos en esta ciudad.
Ella dijo: ¿por que piensas así?
Le dije: simple, puede conocerte sólo con una mirada a los ojos, esa es la mejor sabiduría.
Ella dijo: okey, entiendo tu punto, ¿ella es más bonita que yo?
Le dije: si, ella es más bonita, pero si me dan a escoger entre tu o ella, te escojo a ti sin pensarlo.
Ella dijo: ¿por que?
Le dije: simple, tu fuiste la única persona en la que he confiando lo suficiente como para dejar de pensar en escapar, he incluso enfrentar mis problemas y eso nadie lo a logrado jamás.
Ella dijo: ya que acabamos con esto me acompañas a dar un paseo a la plasilla de que hay a 3 cuadras.
Le dije: está bien. - saque la cuchilla que estaba dentro del bolso.
Los dos bajamos por una cuerda que Alejandra tiró al suelo, lo hicimos sin hacer ruidos, al salir a la calle, ella hizo que escuchara su corazón, estaba latiendo tan fuerte como una batería en un concierto de rock, luego me dijo que está era la primera vez que escapaba de su casa, también era la  mía, al menos en esta casa, el camino fue corto a pesar de que fue una media hora caminando escuchando música, sólo parecieron 10 minutos, al llegar nos sentamos en una banca.
Ella dijo: escuchas música rara.
Le dije: pero si escuchó música de moda y otras canciones.
Ella dijo: si normal, escuchas música clásica, música movida, música triste, melodías sin letra, música de calle, música de idiotas y además electrónica, eres realmente extraño.
Le dije: okey, puede que tengas un poco de razón, pero yo prefiero se así que clasificarme por un solo tipo de música.
Ella dijo: que hermoso está el cielo. - mientras miraba para arriba.
Le dije: si bastante, pero le falta la luz de la luna. - yo también mire para arriba.
Ella dijo: si está, mira detrás de ti, ilumina como un gran león con su magnífica melena.
Le dije: tienes razón, hay está pero se ve fea con esa melena de león, son aburridos los leones, los tigres son más interesantes.
Ella dijo: así que hay animales que prefieres sobre otras, interesante Nico.
Le dije: si, los perros, lobos, osos y tigres. - ella se tiró sobre mi cuerpo, me abrazo y por accidente me beso en la boca, yo me sonroje, ella se disculpó, a mi no me importaba pero me mostré como si me molestara, nos fuimos caminando y hablando, empezó a llover.
Le dije: toma. - mientras le ponía mi chaleco en los hombros.
Ella dijo: gracias pero tu te vas a resfriar.
Le dije: no importa, si de todos modos a mi no me hace daño.
Ella dijo: pero no te hagas daño.
A los 30 minutos llegamos a su casa, la subí a su pieza, luego me fui a mi casa, eran las 3 de la mañana, me dormí en el instante.