La señora gorda

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Harry, Ron y Hermione regresan a Hogwarts para su tan preciado cuarto año de clases, entre risas y bromas por parte de Peeves llegaron al cuadro de la señora gorda.

--Tarta de melaza—dijo Ron de espaldas al cuadro mientras hacía reír a Harry y bufar a Hermione, pero se detuvo cuando no logro entrar a su sala común--¿Qué diablos?, ¿cambiaron la contraseña? –pregunto extrañado mientras daba la vuelta y se fijaba que la dama gorda no estaba frente a él, sino que en su lugar solo estaba el paisaje vacío.

--Tal vez no logro escucharte—dijo Hermione dando un paso al frente mientras sus compañeros se arremolinaban a su espalda—Tarta de Melaza—exclamo con voz firme y clara, pero nada paso, la señora gorda no aparecía.

--Sucede algo? –pregunto la profesora Mcgonagall que llegaba tras haber sido alertada por un chico de segundo año.

--La señora gorda no está—dijo Hermione para voltear a ver a su profesora de trasformaciones.

La bruja observo el retrato unos segundos antes de salir en busca del director.

Tras varios minutos en los que la casa entera de Gryffindor esperaba en las escaleras y pasillos, llego el director Dumbledore y analizo la situación por unos segundos para exclamar tranquilamente.

--Justo lo que me temía—dijo mientras acariciaba su barba blanca.

--Que? –preguntaron varios alumnos mientras los murmullos aumentaban a cada segundo.

--Que sucede Albus? –pregunto Minerva mientras le veía seriamente temiendo lo peor.

--La señora gorda nos abandonara una temporada—dijo en tono serio mientras los murmullos subían de volumen.

--Como sabe eso profesor? –pregunto curioso Ron por lo que el director descifro en tan poco tiempo.

--Oh, claro—dijo con una sonrisa mientras apuntaba a una mesa dentro del cuadro—dejo una nota—termino con una gran sonrisa mientras los alumnos lo miraban sin saber a ciencia cierta quien era más idiota, ellos por no ver la nota o por creer que su director podía ser serio por una vez.

--Y que haremos ahora? –pregunto Hermione cuando se dio cuenta que la plática no continuaba--¿Dónde dormiremos?

--Oh, cierto—exclamó de repente como si a penas recordara ese pequeño problema—supongo que compartirán recamara con otros estudiantes en las demás casas—dijo encogiéndose de hombros mientras se giraba para dirigirse a los demás profesores—supongo que el sombrero trabajara más esta noche—y tan feliz como llegó, se fue de regreso al gran comedor dejando a los alumnos de Gryffindor con la palabra en la boca mientras decía en voz baja que le había faltado hincar el diente a un pastel en la mesa de profesores.

El gran salón se llenó nuevamente ante la interrogante de todos los alumnos. Los profesores tomaron asiento y mientras los estudiantes imitaban su ejemplo, el director comía feliz un poco de pastel de chocolate con futas.

Cuando todos hubieron tomado sus puestos, el profesor Snape codeo al director para que este dejara de comer y empezara hablar.

--Como todos sabrán, la señora gorda se fue de vacaciones—comenzó mientras todos pensaban que realmente nadie sabía, ni siquiera la principal casa afectada—por lo tanto y obviando el hecho de que los alumnos de la casa de Gryffindor no pueden dormir en la torre pues sería muy inseguro para ellos, los profesores hemos decidido—en este punto los profesores fueron los que alzaron una ceja interrogantes pues Mcgonagall fue la única presente y ni siquiera ella pudo opinar—colocar a los estudiantes de la casa de Gryffindor en las casas de Ravenclaw, Hufflepuff y Slytherin, les recuerdo que esto no es integrarlos a una nueva casa, es únicamente para dormir y pasar sus horas libres, por lo cual sus materias, el partido de Quidditch y la copa de la casa no se verán afectados en lo más mínimo, y para no alargar más el cuento, procederemos a que el sombrero los seleccione nuevamente.

Un secreto para dos (HARCO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora