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Lord Damian Marwood duque de chester quería prestar atención a la conversación que estaba teniendo lugar entre aquellos señores de sociedad, pero por mas que lo intentase no se concentraba, tenía la cabeza en otra parte.

No iba a negar quien ocupaba su mente solo de pensar en ella se enfurecía aun más. Jane Norboth la viuda del marqués de... Lo traía ataviado, esa mujer era capaz de todo con tal de tenerlo entre sus redes.

Salio a tomar aire fresco al jardín cuando vio la figura femenina correr hasta desaparecer por el sendero hacia el lago. Le extrañó ver aquello, no era correcto seguirle ni siquiera sabia quién era, podía tratarse de una criada, pero algo dentro de el lo había impulsado a averiguarlo.

La mujer se había alejado lo suficiente como para perderle el rastro que cuando alcanzo a verla solo vio cuando su cabeza desaparecía en el agua.

La mujer se había alejado lo suficiente como para perderle el rastro que cuando alcanzo a verla solo vio cuando su cabeza desaparecía en el agua

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Sin pensarlo dos veces se quito su chaqueta y se lanzó a por ella.
Damian era ajeno a todo lo que ocurría allí, sin saber de que una persona les observaba sin ser vista. Solo era consciente del cuerpo en el agua por el cual luchaba para sacar a salvo. El agua estaba helada y cuando logro atrapar a la chica esta estaba inconsciente, luego se percato de que también estaba desnuda.

Solo eso le faltaba, nunca dejaba de meterse en problemas. Sacó la chica del agua llevándola a la orilla y mientras lo hacia su cuerpo reaccionaba a su desnudes; y como no hacerlo ante aquella piel tan blanca, senos turgentes y redondos, caderas firmes y... Dios acaso creía lo que veía, estaba calva en donde debía llevar el suave triangulo de risos. No podía seguir mirando, aunque estuviese de lo más tentado. Era a la primera mujer que veía que en sus partes decidía no llevar bellos y no cualquier mujer ¡era la cuñada de su amigo! Lo supo cuando vio su cara y al recordarla aquella tarde cuando fue presentada ante el como lady Eleonor Carrintong hermana de Suzette la esposa de su amigo. No olvidaría la cara de aquella joven ese tarde, ni su gesto de poca importancia y ahora sabia lo desesperada que estaba como para intentar suicidarse.

Miro al rededor para ver si encontraba su ropa pero no vio nada así que decidió taparla con su chaqueta para evitar seguir sintiendo lascivia por aquel cuerpo.

Se concentraría en hacerla reaccionar y sin más tiempo que perder comenzó reanimar su pecho.

*****

Me dolía todo el cuerpo, tenia frío; mas bien tenia la sensación de estar desnuda. Quería respirar pero algo me impedía hacerlo solo podía sentir la fuerte opresión de mi pecho.

Todo lo que estaba en mi memoria eran estragos de mis recuerdos pero a la vez los sentía ajenos. Todo lo que me podía llegar a la cabeza eran los sueños que había tenido constantemente. Sueños en los cuales me veía pero no era yo porque en aquellos sueños tenia hermanos, así que no seria posible aquella vida que en ciertas ocasiones había añorado tener.

Sentía que se me escapaba la vida y tenia miedo, no quería morir. Lo último que recordaba era que estaba sola en mi habitación entonces había un espejo pequeño que llamó mi atención y caí en la oscuridad que me impedía respirar. Cuando por un momento creí que no resistiría alguien me llamaba, pero no era mi nombre, era el de ella, bueno yo, en sueños.

A Través De TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora