Desperté algo tarde, con los ojos hinchados y cansada. Casi no dormí.
Después de darme un largo baño, me maquille, para ocultar mis ojeras.
Al bajar note que todo estaba vacío, no había nadie.
En la cocina se escuchaban unos ruidos, mis sentidos se activaron.
— ¿Alguien aquí? — pregunté nerviosa, caminando cuidadosamente.
Un pensamiento me invadió, dándome cuenta de lo estúpida que soy. Porqué seguramente sí es un ladrón me va a contestar
— Tranquila, soy Juanpa.
Suspiré aliviada y camine hasta la cocina, ahora sí, con un paso normal.
Este se encontraba sentado desayunando, cereal, sí, probablemente no sabía hacer otra cosa.
— ¿Estás mejor? — pregunto, y yo sabía que se refería a lo de ayer.
— Sí, estoy mejor.
— Genial, ¿quieres, cereal? — pregunto avergonzado por su desayuno.
— Claro que sí, ¿en dónde están los chicos? —
— Salieron por ahí, hace mucho no veníamos a Colombia — suspiró — toma — dejo un plato de cereal frente a mí.
— ¿Porque no fuiste? — susurré, tomando la cuchara para iniciar a desayunar.
— Quería saber sí estabas bien, además, no te podía dejar sola — sonrió bajando la mirada.
— Gracias por quedarte aquí. Quisiera saber, ¿porqué no hablabamos antes?
— No lo sé, creo que quizá no se dió, ¿sabes?, pero ahora creo que es un buen momento. Y estoy seguro que se desarrollo una amistad de manera inconsciente, se muchas cosas de tí y quizá tú las sabes de mí.
Me sorprendí en el momento, porqué era cierto, sabía tantas cosas, aunque él no me las hubiera contado.
— Tienes razón, se unas cuantas cosas — me encogí de hombros — aunque nunca es demasiado tarde para aprender más.
— Bien dicho — sonrió — ¿quisieras ir conmigo al parque de diversiones? —
— ¿En este momento? — pregunté poniéndome de pie.
— Sí, digo sí no estás ocupada — murmuró poniendo su mirada en mí.
— Está bien, solo iré a ponerme algo mejor — este asintió y salí de la cocina.
Camine hasta mí habitación y me cambié.
Cuando baje Juanpa estaba en su móvil, sintió mi presencia y me miró.
— Pensé que tardarían más —
— Pues, pensaste mal.
Salimos de casa y subimos al Uber que pidió.
Tenía la sensación de que sería un gran día, y eso esperaba.
