Capítulo Extra

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Capítulo extra dos "Gravedad sin luz"

Antes de continuar, necesito revelar el mito, de porque me volví una chica fría, y completamente inerte frente a cualquier sentimiento desconocido.

Hace 2 años, mi corazón que era fuego se volvió hielo, mi alma que era libre se volvió prisionera, y pensamiento que era pura poesía se volvió solo relatos paganos.

Fue cuando encontré a Felipe, tenía tan solo 15, cuando el sucio juego del amor me jugó una mala pasada. Sus ojos, sus malditos ojos, me hipnotizaban por completo, me mataban por dentro, caía de rodillas ante él, capaz de hacer cualquier cosa por su amor o al menos por un poco de su atención. Entregué absolutamente todo de mí, todo lo puse en sus manos, incluso el amor por mi misma.

Aveces nos aferramos tanto a una persona que incluso olvidamos que existen mejores personas. Mi mundo giraba en torno a él, lo amaba con cada poro de mi cuerpo. Pero aún así no éramos nada, ni amigos, ni novios, ni amantes, ni ese "para siempre" con el que tanto soñaba y es que no se puede dejar de ser lo que nunca fuimos. No comprendía que era lo que sentía por mí, y en realidad me daba miedo descubrirlo pues sabía que no era amor. Y es que yo até mis alas por él, me prohibí volar.

Incluso ahora hay demasiadas cosas que sigo sin comprender en como es posible dañar tanto a una persona a propósito y no sentir remordimiento alguno al ver a esa persona desmoronarse por las mentiras y los engaños.

Felipe era mi debilidad, él sólo me buscaba cuando necesitaba algo de mí, cuando quería un poco de calor en su cama una noche, y es que él solo me ofrecía un día maravilloso y una vida de dolor.

Yo me convencí de que era tan basura que era lo único que merecía, ser el rato de alguien, y es que se me rompía el espíritu cada vez que me daba un beso en los labios y cerraba la puerta, ahí estaba yo destrozada sin palabras, solo lágrimas, mientras él buscaba otra cama.

La última noche que lo vi, me atreví a decirle que lo amaba, y me mostró la más maléfica sonrisa que veré en mi vida, una llena de frialdad y satisfacción, me quería ver en ruinas.
Recuerdo con sumo detalle cada sensación de aquella noche cuando durmió mi capacidad de confiar.

-Me rompiste el corazón-Grité con todas mis fuerzas, un grito lleno de rencor e ira, con varias lágrimas recorriendo mis mejillas y cayendo a mis manos, yo frente a él, atravesando su alma con mis ojos.

-Yo no te he roto nada- Dijo sin remordimiento, una especie de burla.

-¿Acaso no vez que me destruiste?- Digo con quizá los ultimas palabras que me quedaban, tenía un nudo en la garganta que me estaba ahogando.

-Tú lo haz hecho sola- Me sonríe cínicamente mientras enreda un mechón de mi cabello en su dedo. -Tú te enamoraste, yo no.

Fue mi final.

Diario de una TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora