El secreto

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Después de unas dos semanas Minho baja a la ciudad. Voy a estar alerta. Quizás vuelva a repetirse lo de aquel día. Me encantaría volver a repetir esa extraña experiencia.

Vuelvo a acostarme a dormir la siesta, siguiendo los mismos pasos de aquella magnífica y misteriosa vez. En una de esas aparece un ogro y me quiere esclavizar. Espero que sea el mismo, ya que nunca gocé tanto...

Siempre me quedó la duda. Si Minho no fue, ¿quién entonces? Yo creo que sí, fue él y lo niega para jugar un poco...

Pasaron unos minutos desde que vine a la cama, y escucho unos ruidos raros, alguna puerta que se abre. No me muevo, tal vez sean de afuera y yo estoy imaginando cosas que no son. Unos pasos se acercan hacia mí, ¿será el ogro o estoy soñando? Me hago el dormido, aunque estoy más despierto que después de haber bebido diez cafés.

Estoy de lado recostado con las piernas casi abiertas, en camiseta y sin interiores, ¿para qué más? Siento que alguien está muy cerca, lo huelo, su perfume no es el de Minho...

Tengo miedo. No emito sonido ni él tampoco, como la otra tarde.

Realiza los mismos movimientos: humedece mi agujero por donde luego me penetrará. Quisiera ver quién es, pero si me doy vuelta, lo estropearé todo, y me quedaré sin fiesta. Prefiero no averiguarlo, al menos por ahora, ya habrá tiempo.

Me sube la pierna e introduce su miembro por donde espero ansioso y asustado. Confirmado, no es Minho, este falo es más grande, su forma de actuar es más brutal y salvaje. ¿Quién será?

A toda marcha lo mete y lo saca provocándome sacudidas de placer, a pesar del temor que le tengo a mi desconocido amante. ¡Me encanta! No quiero que esto termine, yo sigo disfrutando con los ojos cerrados en la oscuridad de la habitación. Sigue el silencio macabro y tétrico, solo interrumpido por mis suspiros, gemidos y sollozos...

Me pone a cuatro y después de muchas embestidas, escupidas para lubricar la zona y palmadas en mis glúteos, varios orgasmos me hacen delirar una y otra vez, tomo fuerzas y necesito ver quién es el adorable sátiro de las siestas. Tengo que averiguarlo. Mi curiosidad me supera...

Giro la cabeza abriendo los ojos, y en la penumbra veo a quien nunca hubiese querido ver, sometiéndome y haciéndome gozar como nadie.

Lo miro y me quedo de piedra, aún su pene está dentro de mí.

Él se da cuenta de que lo descubrí, y también se queda quieto.

Minuto de tensión y suspenso. Nos miramos en las sombras, no pronunciamos palabra alguna.

¿Qué hago? Me hago el tonto, solo falta el final. Si digo algo, esto se pudriría. Jadeo (fingiendo), y muevo mi trasero para que siga la función.

Él no dice nada, y viendo que yo quiero más guerra, me penetra con más ahínco, logrando que yo grite hasta el hastío. Cuando él termina dentro de mí, no tengo fuerzas ni ganas de decirle nada. ¡Estuvo tan bien!... Nadie en mi vida me hizo vibrar así...

Mi sátiro se acerca a mi boca, me quiere besar, yo le correspondo entreabriendo mis labios, y nos besamos con lágrimas en los ojos. Es la despedida, esto nunca más volverá a ocurrir. Lo sabemos los dos.

-Adiós

-Adiós

¿Quién es aquel hombre que aparecía y desaparecía entre las sombras de mi habitación?

Mi suegro, Changmin. Será un secreto para llevarlo a la tumba. Nadie más lo sabrá. Solo nosotros dos.

Descubierto el misterio, con Changmin nunca más pasó nada.

Guardamos nuestro secreto con algunas miradas cómplices que esconden momentos ardientes. Por suerte él se enamoró de otra mujer, yo amo muchísimo a Minho, y viviré siempre a su lado.

A veces vamos a Busan, visitamos a mis padres (tratando de que no nos vean los vecinos), y a mis amigos (Minho no puede ver a Arisa ni en foto). Por suerte alquilamos el taller, y la verdad es que odiamos venir a Busan, estamos contando las horas que nos faltan para volver a Seul, al campo, a nuestro nidito de amor entre los viñedos. Allí sí somos felices los dos...

FIN

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⏰ Last updated: May 07, 2017 ⏰

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Los pecados de Kim KibumWhere stories live. Discover now