Cap 2

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stanza bianca, así se llamaba la nueva familia mafiosa que había arribado a Italia hace apenas dos años, y que pese a todas las dificultades que traía el fundar una familia, en poco tiempo se ganó su gran fama. Nadie sabía con exactitud a que se debía aquello, y según rumores, lo más exacto es que se dedicaban a la venta de licores muy caros o hasta de armas de buen calibre; por desgracia la noticia de esta última no era muy segura, y Giotto no era tonto, su intuición le decía que era algo más, algo más macabro y que debía desenmascararlos sea como sea; si sus guardianes no lo conocieran tan bien, a él y a su intuición estaba seguro que le dirían paranoico, pero ante todo, Giotto siempre velaba por la seguridad de su familia.

Aunque tampoco es como si fuera fácil, aquella familia se ganó mucho renombre, no llegando a la misma que Vongola o Cavallone pero si la suficiente como para ser de preocupación, él no quería que algo le pasara a sus guardianes o a las personas que protegía, por ese motivo se aseguraba de siempre tener a mano información concisa de su objetivo, y era precisamente eso lo que lo estaba frustrando, ya que la información que tenían era demasiado mínima para una mafia que adquirió renombre, algo estaba pasando.

-¿Qué información conseguiste, Alaude? -Entrelazando sus dedos y colocando su barbilla en los nudillos adopto la expresión digna de un jefe, seria y sabia.

-Fue bastante complicado, casi no hay información de la stanza bianca, pero la poca que conseguí es esta- para el rubio no pasó desapercibido el suspiro dado por su guardián, viendo como sacaba de una carpeta unos cuantos papeles.

-Son muy pocos- opinó el cura con un rostro serio.

-Lo sé, sinceramente esperaba que tuvieran más información, el hecho de que tengan tan poca no despeja mis preocupaciones- Aunque el tono de Giotto seguía portando su normal amabilidad el ceño ligeramente fruncido hizo que los pocos guardianes que aún hablaban y se quejaban guardaran silencio.

Familias aliadas: 20
Número de miembros: 2000 aprox
Integrantes de la familia principal: 7
Rumores: Tráfico de armas
Venta de licores de alta calidad.
Especialistas: peleadores cuerpo a cuerpo y maquinaria extraña.

El rubio suspiro, era tan poca información que no los llevaba a nada, aun así, debía buscar más, algo faltaba, su intuición no lo dejaba tranquilo, ¿pero...qué? y entonces presto atención en un dato.

stanza bianca no era más que la palabra en italiano para habitación blanca, y según la información poseían bajo su dominio una serie de habitaciones "misteriosas" nadie a excepción de los 7 líderes y un subordinado de mucha confianza tenían permitido entrar. Según la información eran aproximadamente 10 en total y cada una tenía una especialidad, o eso era lo que se rumoreaba. Giotto no estaba seguro, podía ser cualquier cosa, solo eran chismes que los ciudadanos dejaban escapar casualmente, la palabra "misteriosa" podía ser cualquier cosa, incluso podían estar exagerándolos únicamente porque ciertas personas entraban, incluso Vongola tenía habitaciones donde solo el jefe y sus guardianes podían entrar. Dejó de lado esa información por el momento, captando su atención que en una de las habitaciones estaban teniendo ciertos "inconvenientes"

-Un inconveniente, ¿Alaude, sabes de que se trata? -preguntó al rubio cenizo, que, por desgracia, le respondió con una negativa.

Giotto suspiró -De acuerdo, Investigaremos más, cuento de igual forma con su ayuda

-Sí, Primo- Todos respondieron al mismo tiempo.

-Deamond, en esta ocasión cuento con la ayuda de tu atributo y conexiones.

-Nufufufu, no te preocupes Primo, soy mejor en esto que Alaude- Se burló con claras intenciones de molestar al otro guardián, sonriendo al recibir en respuesta una mirada tan fría como un tempano de hielo.

-Lo agradezco con sinceridad- alzo ligeramente su mano- Pueden retirarse.

Todos los guardianes se levantaron haciendo una reverencia respetuosa para retirarse y hacer sus respectivos trabajos, todos a excepción del rubio cenizo quien se fue sin decir nada.

Giotto suspiro, cerrando los ojos para relajarse, era su trabajo como jefe el asegurarse de la seguridad de su gente y sin embargo por primera vez su intuición no lo llevaba por un rumbo recto, sentía que con cada paso que daba más y más caminos se habrían sin su permiso.

Miró el techo pensativo

-¿Quién eres? ¿Eres real? ¿O solo una ilusión? ¿Un simple sueño? entonces... ¿Porque se siente tan real? ¿Porque tus lágrimas me dan tanta tristeza?

Bajó la mirada para sacar un reloj de bolsillo que portaba su llama del cielo.

-El día que los engranajes empiecen a moverse...

En otro lugar

-Será pronto-El hombre misterioso tras el sombrero sonrió con malicia, según sus cálculos el día definitivo se acercaba y él iba a disfrutarlo al máximo. Lo quería todo para sí mismo, y tenía en sus manos la clave para lograrlo, la llave que lo haría ser la persona más poderosa de todas y nadie lo iba a detener, ni siquiera esa patética Vongola.

-Alan-llamó en un tono lúgubre

-¿Si jefe?

-Pon en marcha el proyecto luna-sonrió

-¡¡Si señor!!-el subordinado se retiró rápido.

-Pronto tu poder será mío, mi hermosa luna, estoy seguro que tu luz se verá aún más hermosa contaminada-rio macabro mientras la rosa que llevaba en su mano se marchitaba.

Llama de la Luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora