Historias de Maricas

La Angustia

Álex temía que Joaco dejara de quererlo.
Joaco estaba demasiado preocupado por Kaleb para darle su tiempo a Álex.
Kaleb había recibido dos noticias terribles un par de semanas antes de graduarse: su hermano había sido arrestado por matar a una familia de cinco en un accidente automovilístico, y su padre había sido diagnosticado de cáncer. No vería a su hermano en mucho tiempo, y su padre moriría pronto, todo eso lo tenía agobiado mientras daba su último gran esfuerzo por acabar el año escolar.
Sería comprensible en ese caso que Kaleb se alejara de su amigo Joaco, de que no se detuviera a hablar con él para decirle lo que sentía, y que ignorara su intento por darle apoyo emocional.
El problema es que Joaco no se lo tomó bien cuando Kaleb dejó de responder a sus mensajes, pensó que se habría aburrido de él, que al no poder ayudarlo lo cortó de su vida, así dejándolo en una posición de desprecio. El pobre Joaco quería mucho a Kaleb, no podía prescindir de las palabras de amor que solían intercambiar al mensajearse cada noche, y por lo tanto se angustió también.
Álex se apenaba por la creciente sobriedad de su novio, que pareciera haber perdido el interés en él; pensaba que quizás iban demasiado rápido con todo este tema de haberlo invitado a su casa durante el fin de semana, pero que él no se atrevía a decir que no. Seguro hice algo mal, me pasé de la mano con alguna broma, o lo estoy agobiando contándole mis penas, de seguro ya no me quiere. ¿No será que lo nuestro se acabará ahora que ya vamos por el mes?.
Kaleb quería decirle a Joaco que aún lo amaba, y lamentaba hacerlo sufrir con el distanciamiento.
Joaco quería decirle a Álex que aún lo amaba, aún si él mismo dudaba de hacerlo realmente; le tenía que asegurar que no lo iba a dejar.
Álex sólo quería abrazar a Joaco, era lo único que le hacía falta.
Espero que al final puedan decirse lo que se tienen que decir, ya no aguanto verlos sufrir innecesariamente.