Adrián
[Reino Mstislav/Habitación del príncipe]
La habitación estaba oscura y silenciosa, impregnada de un fuerte olor a alcohol. Había ropa sucia tirada sobre el piso y la cama estaba completamente desordenada y húmeda por culpa de una botella de whisky que se derramaba sobre esta.
Un joven chico dormido abrazaba la botella con fuerza, mojando sus delgados brazos con el alcohol. Su piel era clara, su cabello castaño y sus ojos avellana, y estaba vestido solo con una enorme camisa que le cubría hasta las rodillas, haciéndolo lucir tan atractivo como frágil.
-Cuando vi que faltaba una botella de whisky, supuse que te encontraría de esta manera.- El rey Onfroi, el padre del chico, hablo lo suficientemente fuerte como para despertarlo.
-Padre, tengo sueño, ¿Podrías irte de una vez?- Adrián se revolcó sobre la cama, bastante inconsciente de lo que hacía o decía.
-¿Sabes que las adicciones son mal vistas por los dioses? Ya sabes lo importante que es la religión para nuestra familia, y nuestro reino completo.
-¿Ves cara de que me importe?- El chico se giró y abrazo la almohada húmeda, sin estar muy seguro de con quien estaba hablando. –Lo que haga y lo que no, es cosa mía.- Apenas termino de hablar, volvió a quedarse dormido.
-Ya tienes edad suficiente como para ir por el camino correcto, mañana cumples la mayoría de edad. No más alcohol, no más fiestas. Y tendrás que buscar una esposa. Pero en especial...- Mientras hablaba, abrió la cortina de lentamente, provocando que Adrián se levantara de golpe. –Tendrás muchas responsabilidades, empezando por levantarse temprano.
-Aún faltan veinticuatro horas ¿no?- El castaño bostezo ruidosamente. –Deberías dejarme disfrutar mi último día como un adolecente alcohólico.
-Basta de bromas. La necesidad es obvia, yo podría morir en cualquier momento. Necesitamos encontrarte una esposa pronto.
-Padre, no quiero una esposa ¿Enserio es tan importante?
-Como dictan las leyes de los dioses, no puedes convertirte en rey sin una reina a tu lado. Eso te lo he enseñado desde hace años.
-Las leyes dicen que no puedo reinar sin pareja, y tampoco puedes obligarme a seguirlas... A lo que me refiero, es que no necesariamente tendría que ser una chica...
-...- Su padre le miro sorprendido. Le siguió mirando, cada vez más serio. –Las leyes dicen claramente que la atracción entre hombres es una abominación producida por la lujuria, un pecado que se castiga con la muerte. Estas bromeando ¿Verdad?
-Em... ¡Claro! ¡Claro!- Se apresuró a decir Adri, mientras bajaba la mirada. –Solo estaba bromeando...
-... Está bien. Como sea, ve a darte una ducha y vístete para ir a ver a tus esposas en potencia.
-Ya, ya voy.
Onfroi salió de la habitación, dejando a Adrián solo entre sus muros de piedra. El joven chico miro por la ventana y vio el sol aun saliendo desde lo más lejano del mar. Acaba de percatarse de lo temprano que era, y de lo oscuro que estaba aún en las calles.
Sin dudarlo un segundo, tomo las cosas más importantes en su habitación y las puso en un morral de cuero y lana, incluyendo su daga favorita. No estaba listo para las responsabilidades de ser rey, ni creía ser capaz de seguir las leyes monopolizadas del reino.
Antes de salir del catillo se dio una última ducha. Se vistió con una cota de malla, una camiseta con cuello y un peto de hierro forjado sobre esta. Se colocó unos pantalones de tela cómoda y clara, unas botas de cuero y unas rodilleras de su armadura. Finalmente se colocó dos chaquetas abiertas, una elegante y otra completamente rota, acompañadas de sus hombreras de hierro.
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Al filo de la espada - ⓛⓤⓚⓔ ⓣⓗⓔ ⓒⓐⓣⓜⓐⓝ
FantasyUna historia repleta de guerras, espadas, muertes, combates, amores prohibidos y magia. Basado en la antigüedad, con una mezcla de leyendas españolas y vikingas. La fantasía, la monarquía y la sangre destacan principalmente en esta obra. Mas adelan...