Capítulo uno: Alas.

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— Vaya cambio de acontecimientos, Link. — Se apresuró a decir Zelda, cabalgando en su noble caballo junto al espadachín de apariencia juvenil. El chico tan solo se dispuso a sonreír le forma tranquila. — Tenía tantas ganas de investigar a Naboris, pero me parece que tendremos que ir primero con la bestia divina de los Ornis. — Suspiró. Zelda había también apartado un día de relajación entre sus compañeras Gerudos, puesto que a pesar de los preparativos que aún hacían falta, ellos tenían el derecho de por fin descansar un rato sus energías ya casi deterioradas por la pelea contra la calamidad.

A Link se le revolvió un poco el estomago, no muy contento por el hecho de que iría a ver a cierto campeón al cuál sabía que no le agradaba para nada. Puede que aquella vez al salvarlo de la ira de lo que era parte del gran cataclismo, el gran arquero se mostrara ahora más humilde. Tenía la esperanza que su actitud arrogante hubiera decaído ante las grandes hazañas que él había logrado.

Le había demostrado lo que en realidad era aquella espada con verdadero poder.

— ¡Mira! ¡Ya llegamos! — Sacó al hyliano de sus pensamientos. El chico observó con detenimiento aquella estructura tan llamativa del poblado al cual llegaron. Era una zona bastante fresca debido a los vientos suaves que se posaban. Tanto Link como Zelda bajaron del sus monturas, y las dejaron cerca de un establo para que estuviesen sanos y salvos.

Notaron que la bestia divina Vah Medoh se encontraba surcando los cielos sobre la aldea. Pensaron que quizás el campeón estaría dentro de la bestia, pero al llegar con el patriarca de los ornis les dijo todo lo contrario.

— Si estáis buscando a Revali, no está por aquí, ni dentro de Medoh. — Nuestros elegidos hylianos subieron las escaleras del pueblo hasta la pequeña cabaña del patriarca. Él cual al verlos supuso que estaban buscando al campeón de su tribu. — Esta con el Guerrero Teba, en la zona de entrenamiento. — El rubio rápidamente supuso donde estaban ellos dos.

— ¿En la zona de entrenamiento? ¿Y sabe como podemos...? — Link la interrumpió tomándole de un hombro, llamando su atención.

— Yo sé por donde queda. — Dijo. Zelda soltó un bufido algo divertida.

— Mejor olvide lo que acabo de preguntar. — El orni de mayor edad carcajeó con su sonrisa ronca y vieja. Bien que ni tenía que dar explicaciones de algunas cosas, ya que las sabía Link.

— Hay un camino bastante cercano que les lleva por esas colinas. Es más rápido volando, pero como veo, ustedes no tiene alas. — Efectivamente. Link y Zelda eran hylianos, no ornis. Ellos no poseían las majestuosas alas y plumas que les permitían surcar los cielos.

Más Link siempre fue precavido. Anteriores veces le había insistido a Zelda que se fabricara una paravela como la que tenía él, y la princesa oyó su consejo e hizo caso. El parapente de ella era mucho más logrado y técnico, pues Zelda utilizó sus conocimientos de la aerodinámica a su favor.

— No se preocupe por éso, Link y yo ya lo tenemos cubierto. — Le sonrió, y el patriarcal le correspondió.

— ¡Entonces nos vemos!

Los jóvenes, desde la plaza de Revali, sacaron sus parapentes y se lanzaron de lleno al gran vacío que surcaba por debajo. Obviamente no cayeron.

— ¡Por aquí! — Exclamó Link planeando a la izquierda, Zelda le siguió sin demora.

Acortaron bastante trayecto de lo que una persona común tardaría en llegar a la zona de entrenamiento. El viento estaba soplando a su favor, por lo que no tardarían en unos treinta minutos en llegar.

Pero algo se le había pasado por alto a Link. Y no se dio cuenta hasta que llegaron a unos minutos de su destino.

— H-Hace mucho frío... — Dijo en tartamudeo Zelda, quién al llegar al suelo lo primero que hizo fue tomarse de los brazos y tratar de abrigarse por su cuenta.

¿Destino? / Link x Sidon | Revali x Link / YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora