Capítulo dos

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El grito había atravesado mis oídos y las paredes de toda la casa. Zayn bajó corriendo las escaleras hasta llegar a la planta de abajo.

- ¿¡Qué...que pasa!? - dijo mientras encendía la luz, y por fin pude ver la causa de mi sordera, mejor dicho a la causante – Dios Alyssa que susto me has dado.

- Lo siento pero me he asustado – dijo la persona con la que había chocado con una mano en el pecho por el susto, mirando a Zayn y después a mi – siento el grito – dijo tan normal.

- No te preocupes – dije mirándola –Vaya... Alyssa, como has... crecido, ¿Por qué eres Alyssa no? - bromeé.

- La misma que viste y calza. – dijo sonriendo y extendiendo la mano, yo se la estreché – y tu… ¿Harry no? – dijo dudando.

- El mismo – la dije – Vaya... sí que has cambiado estos cuatro años, cuando me fui eras tan solo una niña y ahora...

- ¡Alyssa! - interrumpió Zayn..

- ¿Qué? - dijo un poco irritada y miró a su hermano.

- ¿Se puede saber por qué vuelves a las 5 de la mañana? Tu hora era a las 3.

- Porque…

- Mira, mejor ahórratelo para luego, a lo mejor se te ocurre una excusa mejor. Sube a tu cuarto...ahora voy a hablar contigo.

- Pero Zayn – intentó decir ella.

- Sube.- dijo tajante Zayn.

Alyssa hizo un sonido de rabia y subió corriendo las escaleras y cerró la puerta de su cuarto.

- ¡Vaya!, es tu viva imagen, en chica claro. – dije mirando hacia donde había desaparecido Alyssa y luego miré a su hermano

- ¿Qué...? – preguntó él

- Si Zayn, tu antes también eras así, se ve que viene de familia. ¿Cuántos años tiene ya?

- Diecisiete y no puedo más con ella y con su maldita adolescencia.

- Oh dios mírate Zayn, hablas como un padre. Pero si tú no has salido de la adolescencia hasta hace poco.

- Lo sé pero es diferente – dijo subiendo las escaleras – ella es mi hermana.

-No seas duro con ella. – terminé diciendo y Zayn desapareció en el piso de arriba.

Narra Zayn

-Bueno, ¿a ver cuál es la excusa esta vez? Has perdido el autobús, has perdido el reloj y no sabías que hora era, o no espera está es mejor has…- dijo entrando por la puerta.

-Vale ya Zayn, he llegado tarde y punto, no tengo ninguna excusa.

- ¿Y por qué? Se suponía que tenías que llegar a una hora determinada y llegas dos horas más tarde, ¿por algo será no?

- No, no es por nada. Y déjalo ya Zayn, no puedes actuar como un hermano normal, dejarlo pasar ¡no!, tienes que machacarme y discutir, siempre discutir, ya no tengo 15 años Zayn, tengo 17 y a punto de cumplir 18.

- Me da igual los años que tengas, ¿y si te hubiera pasado algo eh?

- Pero no me ha pasado nada, estoy bien – dijo señalándose – Y deja de hablar como un padre, que no lo eres. Por favor Zayn que tienes 23, ¡23 años!

- Me da igual, como si tengo 20 o 40 deja de sacar el tema de la edad que me tiene cansado. – dije abriendo la puerta – Estas castigada dos semanas sin salir – dije y cerré la puerta.

Caminé hasta mi habitación, entré y cerré la puerta apoyándome en ella. ¿Por qué me lo hacía siempre tan difícil? Si ella supiera que todo lo que estoy haciendo es por su bien, y solo por su bien. Es muy difícil superar la muerte de unos padres a los 18 años y más si tienes que actuar como padre, o mejor dicho, como “tutor legal” a esa misma edad. Normalmente los chicos de 18 años piensan en salir, fiesta, alcohol, sexo y yo era uno de los que pensaban así pero tuve que cambiar de la noche a la mañana y en vez de pesar en eso pensar en mi hermana pequeña de tan solo 13 años.

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