Que nunca me faltes tú

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¿Quien diría que luego de tanto tiempo estaría así con Alexandra? Yo rodeándola con mis brazos y ella acurrucada con la cara en mi cuello mientras nos veíamos sonriendo como dos locas enamoradas, me encantaba ser simple con ella, es decir, estar así tan bien en medio de este inmenso jardín simplemente en silencio, con ella nunca hacían falta las palabras con solo una mirada podía entender lo que estaba mal con mi corazón.

Luego de pasar una tarde maravillosa entre risas y relatos de nuestra infancia y compartir un poco lo estuvimos haciendo durante todos esos años de ausencia.

Alexandra había empezado su propio programa de radio pero había invitado a su inseparable amigo Uri Sábat para que sea su mano derecha ya que con todo lo de su nueva etapa como escritora casi no le daba el tiempo para todo lo que tenia que hacer para mantener la radio pero Uri siempre había sabido como resolver los problemas de Alex y viceversa, sin importar que un tiempo fueron pareja se complementaban perfectamente, es una de esas amistades de las cuales solo se habla en los libros, de las que se habla maravillas, como dos personas se conocen perfectamente, bueno así era su relación con Uri, sabían que se tenían mutuamente sin importar la hora, fecha, distancia, lo que sea, nada podía romperlos y estaban mas que maravillados de tener eso entre ellos.

Por otro lado Elettra por un escaso tiempo estuvo trabajando en realitys que no hacían mas que desgastarla emocionalmente, claro que se había divertido pero eso ya no llenaba su corazón, deseaba algo mas en su vida que ser vista como la niñita rica que no hace mas que mover el trasero. Luego de decidirse por trabajar en la empresa familiar para poder pasar mas tiempo con su familia lo que le vino bien hasta que tuvo la bendición de sus padres y hermanos para poder levantar su propia compañía, una compañía discográfica que de poco a poco se fue levantando y era muy reconocida y muchas estrellas de la música habían firmado con su discográfica e incluso en algún momento había hecho algunas colaboraciones con ciertos artistas pero no había lanzado su propia música ya que eso no era realmente lo que quería, claro que le encantaba la música, el canto, pero el ambiente era algo de lo que estaba tratando huir, no le había traído mucho bien ese tipo de escenarios en su vida y quería estar muy lejos de las cámaras por un tiempo y poder tener una vida sin estar siempre en el ojo del espectador, amaba a sus fans pero a veces todo la superaba.

Se habían puesto al tanto de sus vidas durante su tiempo de espera y ahora solo les tocaba disfrutar lo que el destino les tenia preparado.

Mientras estaban sentadas en el césped de aquel jardín Elettra tomo la mano de Alexandra.

E: Amore te apetece salir a cenar esta noche, conozco un restaurat que seguro te encantara.-pregunto mientras acaricia las manos de Alexandra.

A: Nunca podría negarte nada cariño, ya se esta haciendo tarde así que deberías entrar para cambiarnos e ir al restaurant.-dijo mientras se levantaba y le ofrecía su mano  a su princesa para entrar a la casa.

Quedaron en encontrarse en la entrada de la casa para poder ir su tan esperada primera cita, Elettra estaba muy nerviosa esperaba que la sorpresa que había preparado para su diosa le gustase.-ojala.- se repetía. 

Elettra esperaba a que su amada bajase de su habitación, se levanto del sofá que estaba en medio del salón para verse en el espejo de la esquina y se arreglaba el vestido una y otra ves, quería verse bien para Alex, se había decidido por un vestido rojo apegado a sus curvas y que dejaba ver su espalada baja y se veía en poca parte su tatuaje.-me veo bien.- pensó mientras bajaba la mirada para seguir acomodando su vestido.

Sintió como alguien la abrazaba desde atrás y conocía perfectamente esos brazos y su dulce y suave tacto, poso sus manso en aquellos brazos mientras la atrajo mas a su cuerpo y se giro para ver su bebé.

No me dejes en los recuerdos (Blumettra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora