Chapter VIII

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La conmoción de ver al hombre del espejo debe haber provocado que me desmayara, porque lo siguiente que recuerdo es despertar en una cama desconocida, en una aún más desconocida casa. Los eventos que solo puedo asumir que pasaron ayer me han llevado cerca de la muerte. Mi cabeza palpita y abrir los ojos duele como nada. Después de sacudirme las telarañas en mi cabeza me levanto de la cama y camino hacia el tocador, donde puedo ver que dejaron una nota para mí. La carta me invita a bajar las escaleras a una comida, y es en este punto que me doy cuenta de que no he comido en dos días.

Durante todo el recorrido en las escaleras mi mente imploraba que ese hombre fuera Anthony, pero en mi corazón sabía que no lo era. Arrodillado en ese callejón había comenzado a perder sangre y estaba casi tan alejado de un pensamiento racional como un hombre puede estar. Claramente estaba alucinando cuando vi a mi salvador caminando hacia mí, y eso es exactamente lo que ese hombre misterioso es, mi salvador. No estaría vivo en estos momentos si no hubiera sido por la benevolencia de ese extraño. Giro al fondo de las escaleras y por un segundo soy incapaz de moverme. El hombre parado en la cocina es la impactante imagen de mi fallecido amado. Podría quedarme parado y contemplar por horas, y al final seguir convencido de que el hombre del espejo era mi Anthony, pero aún así mi corazón sabía la verdad. Este hombre solo podría ser un ángel enviado desde el cielo para salvar mi vida, para hacerme notar que hay razones para seguir viviendo.

Nos sentamos en completo silencio mientras yo como los alimentos que el ha preparado tan amablemente para mí. Luego, finalmente hablo y le pregunto si le gustaría dar un paseo. El no dice nada, simplemente mueve la cabeza en señal de aprobación. Aunque el permanece quieto, puedo sentir sus ojos sobre mí. El me mira de la misma forma en la que yo miraría a Anthony, con completo amor y adoración. Nuestro paseo parece durar horas. El escucha mientras yo le explico cómo fue que terminé en ese callejón con un cuchillo en mi garganta. En ningún momento me hace sentir equivocado, o malvado, simplemente escucha. Me pregunta si creo en el amor a primera vista, y yo le digo que supe, desde el primer momento que posé mis ojos sobre Anthony, que lo amaría por siempre.

Pasamos la velada cerca de la chimenea, compartiendo historias de nuestro pasado, nuestros miedos, nuestras expectativas. Estar con el me hace olvidar por completo la pesadilla en la que mi vida se ha convertido. Tal vez esto es exactamente lo que necesito; alguien que llene el vacío que la pérdida de Anthony dejó dentro de mí. Ya no puedo resistir las ansias y me inclino hacia adelante para besar al hombre del espejo, pero el ya no está ahí y caigo al suelo. Me toma un momento darme cuenta de que de lo que ha pasado, en dónde estoy. Me arrastro para ponerme de pie y me doy cuenta de que aún estoy en el callejón en donde el hombre del espejo me había encontrado, de rodillas, a un paso de la muerte. Fue todo un sueño, una ilusión. Él que me ayudó a recuperar mi salud había sido Anthony después de todo, pero el existía en el único lugar donde lo volveré a ver.

The Emptiness -Stony- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora