Chapter III

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Mis pies no se pueden mover lo suficientemente rápido. No tengo idea de dónde estoy, sólo sé que he estado corriendo por tanto tiempo que apenas puedo respirar. El sudor está empapando mi cara y, mezclado con las lágrimas que no han cesado por lo que parecen ser horas, ya no puedo ver a más de unos cuantos pies frente a mí. Si tan sólo mi cuerpo dejara de convulsionarse, entonces tal vez mi mente sería capaz de descansar y descifrar cómo demonios pasó esto. ¿Por qué maté a Anthony?

¿Cómo podrían estas manos haber asesinado a lo único que he amado realmente en toda mi vida?

Bueno, además de mi arte, mis dibujos. Nadie podrá alguna vez quitarme eso, ni siquiera yo mismo.

Ellos vivirán dentro de mí para siempre.

Supongo que tendría menos problemas en enfrentar la muerte de Anthony si no fuera por el hecho de que ha estado justo a mi lado durante la totalidad de mi carrera desde que abandoné la casa. ¿Su voz siempre ha sido tan monótona, distorsionada... muerta? Ésta no es la voz de un ángel con quien he compartido conversaciones, risas, y canciones por tantos años. Una hermosa voz por la que esperaba todos los días. Mientras deambulo por esa pesadilla, todo en lo que puedo pensar es en cómo desearía que simplemente cerrara la boca. ¿Por qué está aquí? Su insistencia me está comenzando a hacer creer que se merecía lo que le pasó. Seguro, el deslumbrante. Maravilloso, en realidad. Pero eso no significa que no tuviera defectos.
Ninguno de ellos viene a mi mente en este momento, pero créanme que estaban allí.

Tal vez si sólo le digo lo que quiere escuchar, entonces me deje en paz. El único problema es que no estoy muy seguro de que pueda vivir sin Anthony. El era el amor de mi vida. No he dormido solo en casi una década. ¿Qué pasa si intento quedarme dormido y sólo me recuesto ahí con los ojos mirando hacia el techo hasta que mi corazón deje de latir y me reúna con el en la muerte? Anthony es la clase de belleza con la que te casas y quieres por el resto de tu vida, no la clase de memoria que entierras en el fondo de tu alma. O peor aún, de los ladrillos debajo del sótano de tu casa. Aún así, mientras más corro y pienso, pienso y corro, sólo puedo llegar a una conclusión: El lo pidió. Sus labios venenosos me besaron demasiadas veces y provocaron que me volviera loco. Sí, eso es. Una hora atrás, habría pensado que estaba loco por creer una teoría tan bizarra, pero ahora a la puesta de sol, con la suave lluvia golpeando mi ya saturado rostro, el aire rozando mis fosas nasales con cada respiración, y mis piernas adoloridas arrastrándome hacia lo que ahora veo que es un pueblo en el horizonte, estoy forzándome a creer esta única posible verdad.
Déjame en paz, Anthony.

Ya tuviste lo que te merecías. Si estás buscando paz, resolución, bien. Lo hice todo por ti, todo fue por ti. Tú eres el único chico con la que siempre he soñado.

¿Estás satisfecho?

The Emptiness -Stony- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora