Sólo dolor

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La noche estaba muy cerrada, parecía que iba a llover. Álvaro iba un poco manejado por el alcohol, pero lo llevaba bien. Giró su cabeza hacia a mí y se me quedó mirando unos segundos que para mí parecieron horas, mis mofletes enrojecían cuando sus labios hicieron el amago de empezar a pronunciar una palabra:

-Sabes que eres un gran amigo para mí , Alex, y quiero agradecerte todo lo que has hecho, siempre das sin recibir nada a cambio, y no sé cómo agradecértelo.- Mi cabeza se fue a otro mundo, Álvaro me acaba de decir lo mucho que le complemento como amigo, y ,la única respuesta que se me ocurría era decirle que podría agradecérmelo con un beso, era mi mayor deseo en esos momentos. Pensé que, quizás, si me declaraba ahora, a solas con él , podría liberarme de mi secreto , y además la noche aún era larga, y tal vez con los cubatas que a Álvaro todavía le quedaban , olvidaría mi declaración. Y sin darme cuenta había comenzado a hablar:

-Para mí también eres muy importante, Álvaro, creo que más de lo que te imaginas. Desde el minuto en el que te conocí supe que serías una persona especial en mi vida, y está claro que lo eres, eres todo , pienso en ti cada día , cada noche, y no puedo estar ni un minuto sin decirte que te amo y que me gustaría pasar toda la vida abrazado a ti.- Su cara palideció, sus mirada se quedó petrificada sobre la mía, y fue lo último que vi, hasta que me desperté por la mañana en un hospital con una costilla rota y el labio partido. Qué intenso fue su beso, y el de todos mis amigos, los que ya, obviamente, no lo son.

Diario de un marica.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora