<<Señor por favor ayúdame. Sálvame todo poderoso. Estoy a tus pies suplicando tu misericordia... por favor no me abandones.>>
Había perdido la noción del tiempo, no sabía si habían pasado horas o días, sólo rogaba a Dios que me ayudara a salir de ahí, pero al pasar el tiempo terminé por hacerlo solo para oír el eco que causaba mi voz y así saber que aún estaba con vida.
Cerraba los ojos en breves periodos de somnolencia, y despertaba aterrado al no poder ver más que obscuridad. Sentía ser observado por miles de ojos curiosos que disfrutaban de mi miedo, riéndose en silencio a una cercanía tan próxima que parecía sentir su aliento sobre mi rostro.
Ya estaba desesperanzado y resignado a morir en ese lugar, pero aún así, mi mano seguía sujetando con fuerza el pomo de la puerta. Entonces de entre la oscuridad una voz tenebrosa e inhumana habló, causando que mi cuerpo se apegara aún más a la puerta.
—Pobre humano, tan débil, tan indefenso. —La voz era burlona, gutural y estruendosa. Rebotó en la habitación unos segundos causandome escalofríos, hasta desvanecerse nuevamente.
—¿Q-que quieres de mi? —Me arrimé aun mas contra la puerta, como si en algún momento pudiera ser capaz de atravesar la madera sólida.
—Te he estado observando ¿sabes? Y creo que puedo ayudarte.
<<¿Ayudarme?>>
Me quedé en silencio, asustado e intrigado pero por alguna razón dispuesto a seguir escuchando lo que me diría.
—Esa mujer debió ser tuya, y ni siquiera te dieron la oportunidad de pretenderla —. Mi cuerpo dejó de temblar y mi mente comenzó a recordar.— Te menospreciaron, no vieron tu valía y ella te desecho sin ver todo lo que tenías para ofrecer.
Mi sangre burbujeaba por la furia que esos recuerdos encerraban y sin poder soportarlo más le grité:
—¡¿Y qué?! ¡Eso a ti no te importa, a nadie le interesa lo que me pase! ¡Ya callate y dejame morir de una vez!
—En eso te equivocas— me interrumpió.— Amí sí me interesa.
Me quedé en silencio, completamente confundido. Esa criatura profirió una profunda y tétrica risa que me hizo estremecer.
—¡¿Te divierte mi sufrir?! ¿Qué clase de broma de mal gusto es esta?
—Creo que aún no comprendes. —Hizo una pausa.— Te he dicho que a mí sí me importa lo que sientes, y estoy dispuesto a ayudarte. —Su voz dejo de sonar burlona, se hizo aún más profunda y de alguna forma podía asegurar que decía la verdad.
—¿E-es verdad lo que me dices? ¿¡pero quién diablos eres!?
—Como te dije soy quien puede solucionar tus problemas.
—¿Por qué te ocultas? ¡¿por qué me encerraste?!— pregunte alterado e incrédulo ante su ofrecimiento.
—Yo no te encerré, y aunque quisieras verme en esta obscuridad te será imposible con una visión tan pobre, pero eso puede cambiar...
—Tu... no eres humano ¿verdad? — no me respondió— ¿E-eres un demonio? ¿Eres el diablo?
—Puedes decirme como quieras, sólo tómame como la solución a todos tus problemas.
Me quedé paralizado ¿De verdad me encontraba hablando con un demonio? ¿Enserio quería ayudarme?
—¡Aléjate de mí criatura de Satanás!
—Insignificante humano, no sabes con quién estás tratando —respondió con sorna.
Entonces recordé lo que me había enseñado mi madre y sin pensarlo comencé a orar.
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Pétalos Del Deseo
Short StoryEstaba enamorado de ella, amaba cada gesto, cada palabra y...cada centímetro de su cuerpo. Era capaz de hacer cualquier cosa por tenerla... Si, cualquier cosa... Y quizá el problema fue ese, jamás creí que en mi obsesión tendría que sacrificar mi...