Ser débil

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01/12/20XX

Lizandra:

Los sueños suelen ser algo curioso. Nunca sabes que son sueños hasta que despiertas. Aveces vez peliculas y sueñas con ellas, de hecho yo acabo de soñar con un drama que vi cuando era pequeña.
Este trataba sobre una familia feliz, tan feliz que dan asco, pero del bueno. Una mamá linda y cariñosa, siempre atenta y tan  servicial. El estereotipo de esposa perfecta.
Esta estaba casada con un buen hombre, facilmente el esposo del año y un gran padre. Nunca se entrego a los vicios como lo hacen la mayoría de adultos. Hombres como este son gay o ya estan casados.
Una gran pareja con 2 maravillosos hijos. El mayor era un chico tímido y delgado, bastante llorón e inpersistente para tener 10 años. Y la princesa de la casa, nada más ni nada menos que la hija menor. Como toda niña de 8 años era demandante y despreocupada, con una fijación particular por las faldas cuadrillé y los listones, estos eran su debilidad.
Las familias estadunidenses de los 50 soñarian con ser como ellos.
Pero como todo drama que se aprecie, este no termina bien.

En un día tan corriente como lo es hoy o lo fue ayer, la suerte dejo de sonreirles. Esa suerte, tan caprichosa y salvaje, camina por la vida tan lijera y eterea, lanzando sonrisas a cualquiera y dando la espalda sin importarle nada. Una inconciente si me preguntas. Sin embargo la decisión fue tomada y la fortuna se agotó.

Ese día no llovía, estaba soleado, quien imaginaría que todo daría  un giro tan grande que podría invertir el día y la noche.

-Riiiiiiing... Riiiiiiiing.- El telefono de la cocina sonaba sin parar.

Y el padre fue atender la llamada, era del trabajo. La compañía estaba en problemas, y como podran imaginar era una llamada para anunciarle de su despido. El trabajo para el que se esclavizó por años y para el cual había gastado su juventud en la universidad, le decía adiós de una forma fría e inpersonal, irrumpiendo en el seno de su castillo solo para anunciar desgracias.

Una profunda y vistosa depresion azotó al hombre tras no ser capás de encontrar uno nuevo. Su melancolía, frustración y desesperación le guiaron encantados hasta la depresión.

Esa depresión, una bestia horripilante que asola al ser humano sin discriminar edades ni generos, un monstruo que todos detestan y tratan de ahogarlo. Es una lastima que sea en alcohol, pero apuestas y cigarros tampoco se quedaron atrás.

Una noche luego de llegar a su casa ebrio y habiendo gastado la mayoria del dinero que aún les quedaba, la madre lo confrontó. Empezó la acalorada batalla. Ambos lanzaban argumentos opiniones e insultos, como se puede imaginar, todos ellos en gritos. Es natural que los hijos se despertaran. Estos se quedaron viendo sin hacer nada, tan solo biendo desde las escaleras, paralizados por el miendo y la indecisión. La menos undió la cabeza en el pecho su hermano que abrazó con ternira tratando de protegerla de todos los males del mundo.

Se olló un golpe seguido de algo callendo al piso. Efectivamente, la madre llorando en el suelo con la cabeza abajo y con la mano en la mejilla mientras su largo cabello caía arrastrado por la gravedad. El hombre parado inmóvil mirando su mano, estaba petrificado. Los niños sentados en la escalera mirando por la rendija de la puerta aquel atros espectaculo. El padre con la cabeza abajo tomo las llaves y salió por la puerta que daba a la calle. Cuando se perpetuaba su huida su mirada se cruzó con la del niño, las lagrimas se envontraron  con el  arrepentimiento y la puerta se cerró.

Esa noche no volvió a casa, ni esa ni ninguna otra. Días más tarde encontraron a un hombre colgado en un hotel de mala muerte.

Debio haberse dado cuenta de algo importante, se había perdido, el buen esposo padre de familia ya no existía. Fue reemplazado por un ser repulsivo y sin control que había golpeado a su mujer delante de sus hijos. Ya no había vuelta atrás, el sabía lo que pasaría luego, lo vivió en carne propia. El abuso no se detendría, así que decidió acabar con el monstruo para proteger a su familia, despues de todo, no había nada en esa cada que el pudiera recuperar.

Desperté sudando frío y con lagrimas en los ojos.

-9 años y aún no lo superas.- Miro por la ventana y distingo lo temprano que es.

Ya no podría conciliar el sueño así que decidí prepararme, despues de todo es lunes.
Una vez limpia me cooque la falda roja cuadrille que tanto adoro seguido de la camisa a la cual dejé los ultimos dos botones sin abrochar, no me gusta lo sofocante que es con ellos.

Bajo para desayunar, deje un pote con frutas y un jugo de naranja en la nevera ayer. Una vez saco la fruta que está al lado del sándwich, como y estoy lista para irme.

Son las 7:15. Me dirijo a la puerta pero antes de eso veo a mamá sentada en frente del televisor. Desde hace un tiempo es unz esclava del aparato, siempre inmóvil y absorta, ¿estará pensando algo importante?, ¿notó que la observo?, ¿ya estas bien?

-¡Por favor mirame, mira en mi dirección!- Solo un susurro inaudible y suplicante sale de entre mis labios.

Me canso de esa lamentable y patetica escena y salgo por la puerta. Me apresuro por que aunque el tiempo me sobra hay un lindo ojos azules que me espera.
En el camino de siempre hay un pequeño gatito oculto del mundo, es como si su ternura debiese ser resguardada.
Lleho al callejos del gato y de mi mochila savo una botella de leche a medio beber, que tome de la alacena, la vierto la leche en el posillo que hay en la caja del gato y este lo bebe hasta la mitad.

-Meaw.- Maulla para mi y me arrodillo para acercarme a el.

Sigue mirandome y saco una lata de atún que traje para el, pero en ese instante un perro callejero se acerca y toma la lata. Se dió a la fuga.

-¡No es para ti!- Persigo al perro para recuperar lo mío.

No pasan más de 5 minutos y el perro se rinde, suelta la lata y huye.
Al volver al callejon de antes me paro en seco al verlo parado allí.
Mi hermano está frente al gatito.
Me quedo inmóvil.¿que haces aquí?, ¿vas a ayudarlo?, ¿me notaste cuando te observaba por la ventanilla del otro vagón?, ¿acaso me seguiste?, ¿te importo siquiera?

!!!POR FAVOR MIRAME, YO TAMBIEN EXISTO, ESTOY AQUÍ¡¡¡

Me limito a quedarme en silencio, el se va sin habese percatado de mi presencia. Mi pecho se oprime es como una punsada, esta roto, mi corazon se rompió. El destrozó mi realidad, mi paraíso. Este callejon, este indefenso, son mi escape mi salida. ¡Aquí yo era nesesaria!

Mis rodillase doblan por no contener el peso de mis lagrimas, el que estuviera aquí me dió esperanza y esta murió casi al instante de nacer. Una chica llorando desconsolada y de rodillas en un callejon, di la lluvia me hubiera acompañado seria un momento de pelicula una pelicula cruel, cruda e inentendible, eso es, nadie podía saber como me siento, nadie excepto el gato. Somos almas abandonadas esperando un rescate.

-Si me vuelvo fuerte reconocerias que existo, ¿Sebastián?-

Planeta AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora