El envolvente y cálido aire del invernadero de cristal era completamente distinto al frío y cruel que había afuera, enormes plantas tropicales como «hostas», «orquídeas», y otras que los chicos no conocían, estaban por todos lados, parecía una selva en miniatura que no quedaba libre de pequeñas "bestias", en el centro había una especie de escalera de vidrio que llevaba a un subterráneo.
-Bueno, ustedes deciden quién se encarga de las plantas y quién con mi taller, les advierto que puede que las plantas sean muchas, pero mi "baticueva" es un constante desorden... en realidad paso más aquí que en el palacio tétrico, tengo una cama cómoda, comida, un ...umm...¿Gato?, el sonido de las hojas de las plantas al moverse por el viento, grillos y una hamaca por si no me apetece dormir en mi cama-
Confianzudamente comienza a hablar de temas muy cotidianos, como la preferencia de su invernadero a el palacio, ellos por su parte estaban completamente absortos en la belleza del lugar, las estrellas relucían en el techo de cristal mientras una incipiente aurora boreal comenzaba a aparecer, el cielo estaba simplemente precioso. Los brillantes ojos jade de Laito brillaban con fuerza, el hermoso lugar le daba una gran sensación de tranquilidad, pero todo cambió cuando llegaron a el lugar de trabajo de la ojiverde, mesones viejos manchados con pintura, trozos de tela y otros materiales tirados en el piso, una enorme escultura a medio proceso sobre una rueda vieja, antiguas sillas de madera con cojines de terciopelo blanco, una que otra mecedora y cosas para el jardín por doquier.
-No comprendo como una chica de contextura ...¿Delicada? pudo lidiar con todo esto, es decir, tu pequeño cuerpito no resistirá más de un par de horas moviendo cajas-
Rania frunce el ceño, ¿quién se creía este? Un super macho pecho peludo, Colton Hayes u otro actor guapo que sí le importara su opinión, ella sería bajita, pero no por eso era débil. Con un ágil movimiento tira a el castaño al piso gracias a un golpe que le propinó con una pala en los talones, aún algo aturdido trata de ponerse de pie, pero ella coloca la pala contra el cuello del chico.
-No me subestimes, soy una Schwarz también, soy más poderosa que el vampiro de pacotilla que es tu padre, mis planes son peores, más ingeniosos y macabros ... créeme soy capaz de meterte a el horno y quemarte vivo-
El aún algo atontado por el golpe y las duras palabras de la chica acepta la mano que le extendía esta en señal de que se levantara.
-No quería ofenderla "Ama", pero me sorprende que una chica delicada tenga tanta fuerza-
-No soy delicada, soy baja... y no creas que porque ahora te esté dando la mano para que te levantes me importa tu vida, porque con esta misma te puedo ahorcar...¿Y Shuu?-
La rubia buscaba con la mirada el hermano mayor de Laito, cierta preocupación se veía reflejada en sus ojos, el rubio no sabía de la "bestia" que vivía con ella.
-Tranquila "Ama", se debió de haber quedado dormido por ahí, no es idiota para tratar de escapar...¿Mejor me muestras el resto?-
Ya más tranquilo el castaño acomodó su fedora algo coqueto, pero ella sentía que su mascota no estaba en el invernadero, cosa que le traería problemas con sus hermanas, para su suerte el ojiazul camina a su encuentro algo adormilado, tenía tierra y un rasguño en su rostro. El olor a sangre llega a las fosas nasales de la chica, el suave y dulce olor a vainilla que emitía el chico empezaba a bloquear su auto control, no bebía nada de sangre hace meses, como poseída comienza a rodear al chico que nota su error, el otro por su parte no creía lo que veía, la chica que recién se veía adorable por tener la nariz roja gracias al frío ahora tenía sus finos colmillos asomándose en una sonrisa torcida, sus ojos verdes brillaban con la fuerza de un cazador y mostraban todo el sadismo que tenía escondido.
-¿Qué les parece si jugamos a algo? Ustedes se esconden y yo los busco, el que encuentre primero mi corona se salva, pero el otro...-
Suelta una risilla traviesa, tenía planeado que le iba a hacer al rubio, lo ataría con unas lindas cadenas de oro, le vendaría los ojos y lo mordería hasta que quedara satisfecha.
-Dueña... yo...-
Shuu algo inquieto por los colmillos de la joven, quien se acercaba cada vez más con sus ojos oscurecidos, el lugar ya no se veía tranquilo, ahora las sombras de las plantas se veían terroríficas, él choca con un mesón, Rania lo tenía acorralado.
-Te voy a contar algo que me enseñó mi padre hace mucho, "se bueno al principio porque puedes ser cruel después, pero una vez que ya fuiste cruel con alguien, ya no van a creer más en ti." Por lo tanto se bueno, se bueno hasta que sea tiempo de dejar de ser bueno y ahí los destruyes, entierras tus garras en su espalda y rasgas lentamente todo lo que puedes... pero, tú y tu exquisito olor acaban de arruinar mi plan... ¿ves?, mira lo que haces, ya las cosas no pueden ser así_
Laito tenía las mejillas ardiendo, esto le comenzaba a gustar, los colmillos de la chica rozaban la yugular de su hermano, quien tenía los ojos cerrados y soltaba uno que otro ligero suspiro por sus finos labios, ella por su parte comienza a besar el cuello del contrario ligeramente hasta que lo siente temblar y es ahí donde esboza una sonrisa contra su tersa piel blanca, el hambre la estaba cegando. Él sentía los filosos colmillos más que nunca, jamás lo habían mordido, ella jugaba con él haciéndolo sufrir cada vez un poco más.
-¿A... a qué juegas?-
La voz le salió entre cortada al sentir los labios de la chica en una zona muy especial de su cuello, ella disfrutaba de sus presas antes morderlas, le gustaba todo ese jugueteo, hacerlos sufrir en todo momento.
-A el juego que juegas sin saber en que momento aceptaste jugar-
El juego se terminó, los colmillos entran sin piedad alguna haciendo que el joven suelte un quejido de dolor, el ojijade por su parte aburrido de ser espectador se acerca siligilosamente.
-¡Rania!-
Un grito masculino hace que ella deje de morder a Shuu, quien empezaba a disfrutar esto, y empuja la cabeza de la chica suavemente contra su cuello, ella le responde con una risilla de satisfacción, pero se voltea dándole la cara a su furioso hermano quien observaba como una gota carmesí caía lentamente desde la comisura derecha de los labios de "SU" hermana, la única que lo apoyó en todo momento, con quien podía contar cuando necesitaba sangre, un psicólogo o simplemente mimos.
-¿Qué pasó?...Sabes que muero de hambre y odio, realmente odio que me interrumpan a la mitad de algo importante-
Jedrek le lanza una mirada de odio puro a el rubio que suspiraba por insatisfacción, le hubiera gustado que la chica terminara, sus fríos labios pudieron calmar algo de la ansiedad que tenía acumulada, mientras que Laito se encontraba frustrado, no le gustó que sólo el rubio tuviera atención de la joven.
-Neron, eso pasó-
El rostro de la chica toma seriedad y palidez, ya lo encontró, sabía que era peligroso y lo dejó salir, su preciosidad con las bestias que tenía por hermanas.
-Mientras tú te diviertes con los esclavos él esta tratando de huir de Nix-
-Voy a buscarlo... Ustedes dos se quedan en la habitación que esta junto a mi estantería_
Ambos desaparecen dejando a los Sakamaki en un total desconcierto, no conocían a lo único importante para Rania además de su hermano.
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Vendidos
FanfictionNo faltaba la vez en que se metiera en problemas alguno de ellos, pero toda mala acción tiene sus consecuencias.Karl Heinz, al ver que lo desafiaron en desobedecer lo único que estaba "prohibido",su ira predominó y todo rastro de sadismo salió a la...