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Reiji colocaba su ropa en el espacio que del ropero que habían determinado con Kanato, estaba cansado y la reciente ducha de agua caliente lo logró relajar un poco, era un baño limpio, espacioso y muy moderno, su hermano menor se encontraba dormido profundamente con la nariz roja por haber llorado, no podía creer en la situación que se encontraba, por primera vez debía de apoyar a sus hermanos psicológicamente, siempre había tratado de ignorarlos o dañarlos, pero ahora por supervivencia tendrían que estar unidos.

Un ruido se escucha en el pasillo, se trataba de Nix, su "propietaria", caminaba con el ceño fruncido lanzando maldiciones por lo bajo, curioso el pelinegro asoma su cabeza para ver que la tenia tan preocupada mas ella siente la mirada rojiza del joven, no le gustaba que se metieran en sus asuntos aún más si se trataba de un insignificante esclavo, pero necesitaba ayuda para encontrar a la bestia de su hermana, desde el minuto que trajo al animal de ojos verdes supo que sería un problema, con la única persona que se mostraba dócil era con Rania que lo dejaba dormir con ella y tenía un vínculo muy estrecho con este.

-Sígueme-

Él algo sorprendido acata la orden rápidamente, ella con su paso firme lo guía de vuelta a el estudio donde se sienta en uno de los sillones mientras el se mantiene parado observando los movimientos de la chica.

-Debí de haberlo matado mientras pude, esa cosa puede matar a alguien y los problemas legales serían enormes-

La mirada preocupada de la ojigris estaba fija en la chimenea, ardiente y fuerte como los ojos de la joven, la ira comenzaba a cubrir todo su raciocinio, no toleraba la idea de que su hermana no la obedeciera esa vez, era demasiado blanda, no pudo con un simple animal. Un tintineo resonó en la habitación, la cadena de su esclavo, una leve sonrisa aparece en sus labios, parece que el pelinegro es un "niño bueno" y los niños así merecen una recompensa.

-Siéntate, esclavo-

-Con gusto, señorita Scharwz-

Ni tonto ni perezoso se sienta en el sillón individual, entre menos contacto mejor, no quería probar lo que es capaz de hacer, pero ella siente la incomodidad del joven complaciéndola aún más, el chico tenía una piel que parecía de porcelana, no habían marcas de mordidas anteriores, se notaban algunas venas ligeramente gracias a su palidez, sus ojos lo escaneaban en busca de algún defecto mas el único que encontró fueron esos horribles lentes que ocultaban los lindos rubíes que poseía.

-Aquí-

Ella palmea el lugar disponible junto a ella haciendo que el joven desconfíe de ella, acá había gato encerrado, a pesar de que no le gustase la idea se sienta junto a la muchacha quien aún llevaba la ropa de cuando los recibió mientras que el traía un pijama de franela negro. Con un movimiento inesperado ella queda a horcadas de Reiji, quien abre los ojos como platos, «fantástico, me van a violar», fue lo primero que pensó el segundo Sakamaki.

-¿Sabes?, hay alguien en esta casa que me persigue, se burla de mí, apaga la luz y ahora todo lo que me queda me llena de dudas, ¿Por qué me quiere hacer sentir este dolor?, tengo la sensación que nunca terminarà hasta que muera.-

Los colmillos de la chica viajaban por el cuello del menor, hasta encontrar su clavícula donde da un par de lamidas causando que él se estremezca y suelte uno que otro suspiro, pero a diferencia de su hermana ella prefería "ir directo al grano", sus colmillos atraviesan la piel del joven bruscamente, quería que la sangre escurriera por su cuerpo, que su limpia ropa quedara mojada por tanta sangre, su corazón no latía, eso lo hacía aún más divertido.

-Hala, esto está mejor que las películas porno de Serafina...no es que yo las haya visto-

Jedrek y Rania se encontraban apoyados contra la ventana, ella con una sonrisa burlona mientras él pasaba su brazo derecho tras los hombros de su hermana, de los pálidos labios de la rubia quedaban pequeñas manchas que mostraban que ella también había disfrutado de su presa, Nix no la culpaba, la sed por una presa decente era incontrolable, sus nuevos juguetes se mostraban de calidad las primeras horas, eso era bueno, el último chico les había durado tres horas.

-Me imagino que tú también disfrutaste de tus esclavos-

Rania le dedica una sonrisa de satisfacción, no pensaba negar nada que ella haya disfrutado, cosa que en realidad no le sorprendía a su hermano. Un ruido sordo se escucha en la habitación, algo se había quebrado y nada en ese lugar tenia poco valor, una sombra se mueve ágilmente entre las estanterías, el sonido de las garras al rasgar algo resonó, el insoportable chirrido era cada vez más fuerte, Nix, quien es sensible a este tipo de ruidos, cae de espaldas pegándose fuertemente contra el piso causando una enorme sonrisa en Jedrek, su perfecta dentadura reluciendo mientras Rania escondía su rostro en el pecho de su hermano tratando de ahogar la risa; un gruñido se escapa de los labios de la pelinegra quien es ayudada por el Sakamaki a levantarse, su sangre aún caía lentamente, las gotas carmesí emiten un olor extraño, comida elegante que a la rubia jamás le gustó, definitivamente tuvo suerte de que sus chicos olieran a cosas decentes, el ojiazul a vainilla y el castaño a galletas oreo, no se quejaba.

-Esa cosa tuya, la quiero fuera-

La molestia se filtraba en la voz de la ojigris, quien se encontraba apoyada en sillón tratando de arreglar su falda.

-No es culpa de Neron que estés tan fea que cuando te ve huye-

El comentario de Jedrek le saca una sonrisa a Reiji y Rania que aún escondía su cabeza, pero la risa sólo se intensificaba más en ella, Dios, como adoraba a su hermano mayor, siempre cumplía con todos sus deseos, la malcriaba mucho, la diferencia entre ellos eran ocho míseros minutos mas el siempre se tomó muy en serio el papel de hermano mayor, por lo demás era el único varón de su estirpe.

-Neron-

Acudiendo a su llamado de las sombras aparece un majestuoso y enorme ejemplar de pantera, su lustroso pelaje negro brillaba suavemente gracias a la tenue luz, su cola alzada altivamente, sabía perfectamente que con la ojiverde en casa no correría ningún tipo de peligro, nadie lo sacaría de ahí, camina lentamente hasta donde se encontraba la mayor para encararla y soltar un bufido que ella responde enseñado sus colmillos. Un olor extraño llama su atención, un joven alto y delgado, quien se pregunta como un animal puede actuar de esa forma, pero lo que no sabe es que en esa mansión nada es lo que parece, la única barrera que los protege entre el completo caos son las mentiras que cada uno esconde en donde quepan, hay momentos que solo la muerte de unos tantos puede proteger la "dignidad".

La pantera se sienta en una pequeña mesita para encarar a Reiji, este novato no le agradaba, su aura irradiaba envidia y algo de locura, con un movimiento totalmente impredecible pega un zarpazo al pecho de el vampiro, quien logra reaccionar a tiempo para no recibir las garras de el animal en el rostro, donde el ataque iba originalmente.

-¡Rania!, ¡Saca a esa cosa de la casa! ¡ahora!-

Con una sonrisa de oreja a oreja la joven con su mellizo comienzan a caminar hacia la criatura, la cual al sentir la presencia de su dueña comienza a ronronear ligeramente, cuando frota su cabeza contra el estómago de la chica comienza a ronronear más fuerte, los mimos de la rubia tras sus orejas lo relajaban incluso de la tediosa mirada del "cualquiera".

-Vamos lindo, en el invernadero estás mejor-

Ella con voz melosa incentiva a el animal a seguirla, el cual lo hace sin rechistar junto con Jedrek, que prefería ir a dormir al invernadero con su hermana a estar en esa casa con las locas, desaparecen en silencio con el animal tras ellos, por su parte la molesta Nix agarra unas sogas de su escritorio para luego amarrar a el pelinegro contra este, a pesar de sus intentos de resistencia lo único que logra es quedar casi ahogado por los tirones que le da la chica en el collar.

-Lamento informarte esto Sakamaki, pero serás mi juguete anti-estrés desde hoy-

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