Capítulo 8: "Amigos y una fotografía".✓

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N/A: Capítulo corregido. 

Moviendo la pierna rápidamente para hacer sonreír a la pequeña niña rubia de ojos azules que sostenía con un brazo y tenía sentada sobre la misma pierna, Kasumi intentaba estudiar y no descuidar a la pequeña al mismo tiempo. Concentrada en su libro de Historia del Arte, con el cabello mal recogido en una coleta desprolija, un lápiz tras la oreja derecha y un bolígrafo en la boca, la chica estaba logrando acostumbrarse a la perfección a su nueva forma de pasar el tiempo, ya que no era un empleo para ella.

Deidara estaba trabajando en ese momento y aún faltaba bastante tiempo para que regresara, pero a ella no le importaba, la casa de hecho estaba más pacífica de lo que esperaba que iba a estar. Además, le resultaba increíblemente más sencillo estudiar para una prueba escrita en ese sitio que en su propia casa, donde constantemente había ruido o actividad. Además, su Sensei no estaba allí y la verdad era que Sasori le ayudaba mucho en sus estudios; incluso a pesar de estar ocupadísimo con su trabajo y sus estudios propios.

Kasumi sintió una vibración en la mesa ratona, entonces tomó su celular y miró el recordatorio de la hora: tenía que darle el biberón a la pequeña niña.

Se puso de pie y tomando correctamente a la niña, que comenzaba a sentir sueño, se la llevó a la cocina, allí se encontró una parejita que se besuqueaba con insistencia. 

—Aoi, creo que acabamos de interrumpir algo serio. —Se rió Kasumi.

La pareja se separó y el chico, que era Itachi, se quejó abiertamente.

— ¿Sabes? Estaba intentando llegar a algo con Hebi aquí.

—No te preocupes, Kasumi-Chan. —Aseguró Hebi y le dio un suave golpe en la cabeza a Itachi para que se calmara—. No has interrumpido nada y mucho menos con esa monada de niña.

—Eso sí, —Estuvo de acuerdo Itachi—. Es preciosa. ¿Ya no es hora del biberón de la noche?

—A eso vengo. —Aseguró Kasumi y se las arregló para abrir un armario que tenía justo encima de su cabeza con una mano, para luego ponerse en puntitas de pie para buscar el biberón—. Aunque a Deidara no le vendría mal dejar el biberón más abajo, la gente pequeña como yo no tiene la capacidad de alcanzarlo a estas alturas.

Hebi se rió y le pasó el biberón a su amiga.

—Gracias —sonrió la Hyüga—. Alguien, tome a Aoi en brazos que voy a prepararle el biberón.

Itachi se adelantó a su novia y tomó a Aoi en brazos, la rubia comenzó a jugar con un mechón azabache del hombre, moviéndolo de un lado para otro.

Kasumi puso a entibiar la medida de leche correspondiente mientras que recargaba todo su peso en la encimera. Entonces vio divertida a Aoi tomando con todos sus deditos el mechón de cabello de Itachi y jalándolo hacia abajo.

—Oye, oye. —Habló Itachi, medio cabreado, pero igualmente con voz dulce—. No le jales el cabello a tío Itachi, que duele.

Kasumi se rió y Hebi se sonrojó un poco antes de decir:

—Algún día serás un gran papá.

Itachi esbozó una sonrisa tierna que rápidamente fue reemplazada por una pícara, para luego decir:

— ¿No quieres ir arriba a practicar cómo hacer bebés?

La cara de Hebi fue épica, repentinamente pareció hiperventilar y de la nada sus mejillas se tornaron rojas de la vergüenza. Kasumi, mientras tanto, quería que la tierra se abriera y la tragara para no tener que ser testigo de aquella escena.

Padre Soltero. [- En Edición -]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora