El internado. El amor no es un juego.

Capítulo 2:

Cada vez hacía más frio en aquel bosque. Podía observar como las aves hibernaban por el frio. Me sentía tranquila al contarle todo a Austin. Me comentó que las clases empezaban en menos de 10 minutos y le dije que se fuera, yo quería estar sola. Sin que yo lo viera él se fue corriendo. Lo supuse ya que había quebrado varios pedazos de madera con los pies. Me quedé en una roca sentada pensanso en todo. Cuando me di cuenta ya eran las 8:30 am. Seguía clase de química. Caminé de nuevo hacia el internado y entré curiosamente a mi habitación. Rapidamente me coloqué el uniforme del instituto, era una falda hasta poco abajo del muslo, una blusa color negra con un símbolo al pecho derecho que era un sinsajo. Siempre me había preguntado porqué el escudo del internado era un maldito sinsajo.

Bajé cuidadosamente las escaleras, miré hacía toda esa gente y no logré encontrar la cara de Austin. A lo lejos escuché una voz, era la directora.

Bienvenidos al internado. Aquí conocerán a gente nueva. Pasarán aquí un poco más de 1 año. Espero que se diviertan, hicimos unos cambios con los compañeros de habitación, así que unas serán mixtas y unas no. Vallan a su habitación y conozcan a su compañero de habitación, mañana los esperamos en el comedor a las 7:30 am.

Muchos aplausos comenzaron a sonar en el comedor, varios minutos después todos volvieron a sus pláticas pero yo volví a buscar a Austin, pero lamentablemente no lo encontré. Así que decidí ir a mi habitación y cuando noté la puerta abierta corrí hacía ella ya que pensé que sería alguna broma de Nate.

¿Alice? -Pregunté-

Cállate porfa. Ya me acomodé de este lado de la habitación. Así que agarra tus cosas y muévete. 

No importa. Me gusta más esta habitación. -Reí y comencé a recoger mis cosas que estaban en el piso-

Salí de la habitación y fuí de nuevo a buscar a Austin, pregunté donde estaban las habitaciones de hombres y caminé hasta al otro lado del campus. No lo encontré por un lado y me dí por vencida. Caminé de regreso hacía mi habitación y en el trayecto me toé con un chico, alto, ojos color verde esmeralda, con un buen cuerpo. Claro, ¿Cómo olvidarlo? William, es una de las personas que me han tratado bien aquí.

Hola Melina, ¿Cómo haz estado? -Dijo con una gran sonrisa-

Muy bien y tu? -Pregunté-

Demasiado bien, hoy es un lindo día. Tengo que irme, pero nos vemos en el comedor en una hora. Adios! -Se despidió-

Se fué caminando, era hermoso. Es un chico lindo y caballeroso, cualquier chica lo desearía, incluso la insoportable Alice. A ella siempre le gustó Will, pero a mi no, ya que solo lo veía como un amigo. Después de estar un rato en el bosque noté que ya era tarde y fuí a mi habitación. Cuando entré estaban Alice y Nate. Sí, besandose, salvajemente, quitandose la ropa.

Basta! -Grité- Si quieren hacerlo háganlo en la habitación de Nate pero aquí no. 

Tranquilizate -Dijo Alice mientras se ponía de nuevo la blusa- Sólo jugabamos.

Veo que estás celosa. -Dijo Nate sonriente-

No estoy celosa. -Bufé- No tengo por que estarlo.

Sí lo estás, aceptalo, eres la única chica virgen aquí. -Dijo en tono de burla-