Capítulo 11

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Ya es viernes, y por la noche debo ir a la casa de tía Nora para que me de las llaves y me muestra la casa que tendré que cuidar durante el fin de semana. Al parecer tiene un perro, Rufus, al que tendré que cuidar también, espero que eso me haga no sentirme tan sola, porque vamos, la casa es enorme, casi como una mansión, y estar sola en semejante castillo es... escalofriante, así que me vendrá bien algo de compañía, y mas que nada espero que no sera un Rottweiler gigante que quiera comerse mi cabeza, porque eso presentaría un gran problema.

—Amor, ya debo irme, la tía Nora me espera— dije entrando a nuestra habitación y tomando mi bolso

—Claro preciosa— dijo Fred besando mi frente con dulzura— Suerte y por favor cuídate mucho

Me acompañó hasta el auto y luego de un hermoso beso de despedida, finalmente me marcho hacia mi nuevo hogar por este fin de semana. Lo voy a extrañar demasiado, no solemos separarnos por mucho tiempo, casi todo lo hacemos juntos, y un fin de semana completo separados será una tortura.

Me toma una hora de viaje llegar hasta la gran casa, pero lo disfruto bastante, me recuerda bastante a los tiempos en los que viajaba con mamá y papá, solíamos ir a una bonita granja de un amigo de papá, donde aprendí a montar a caballo, cosa que no hago hace mucho tiempo, y recuerdo que mamá se entretenía mirando la gran variedad de plantas con Ash. Hablando de ellas, aun veo a mamá de vez en cuando, pero es solo por segundos, ya no hablo con ella, y a Ash la veo solo en sueños, que estos dias se hicieron muy constantes, y lo mas raro es que siempre es lo mismo, un campo con flores silvestres, Ash y mamá aparecen a mas o menos 5 metros de mi y empiezan a pedirme ayuda, corro hacia ellas pero se desvanecen en cuanto llego a su lado, y despierto. No se lo he contado a nadie aun. Es muy raro, y siempre despierto con lagrimas en los ojos, tal vez estan tratando de decirme algo, o tal vez solo enloquecí de nuevo

Cuando llego a la dirección que me dio mi tía, quedo realmente asombrada. Es realmente impresionante, una verdadera mansión. En la entrada tiene un extenso sendero serpenteante que a los lados tiene pequeñas piedrillas de color negro y rosas rojas, ademas del maravilloso jardín con dos fuentes de agua y flores y arbustos de gran variedad, definitivamente es el jardin que mi madre siempre soñó tener. La casa es realmente hermosa. La única razón por la que no viviría allí, es porque está literalmente en el medio de la nada, a una hora de la ciudad. Para llegar debes ir por la carretera y entrar por un extenso sendero de tierra. Será realmente escalofriante vivir aquí, sola...

—Hola Tía— la saludo cuando me abre la puerta

—Hola cariño- me saluda con un beso en la mejilla—¿Cómo has estado? me entere de lo de...

—Muy bien tía, y no te preocupes, me encuentro en perfecto estado— le digo para tranquilizarla

—Bueno pequeña, ven, sígueme, te mostrare la casa— dice ella y comienza a caminar hacia el interior de la casa

Por dentro, el lugar es aun mas alucinante, todo el suelo esta hermosamente alfombrado, y la decoracion es en beige, negro y rojo. En la sala hay un hermosisimo candelabro de cristal y en toda la casa se siente un elegante olor a nuevo. Mamá me hablo sobre la casa de tia Nora, pero esto es realmente alucinante. Debe valer millones solo en cuadros de arte abstracto, y ni hablar de la gran alacena repleta de una gran colección de copas de cristal, de todo tipo de forma y tamaño.

Tía Nora me muestra todas y cada una de las habitaciones, cada una mas lujosa que la otra. La casa cuenta con 5 habitaciones perfectamente amuebladas y por lo que parece, decorada por franceses, una inmensa biblioteca, un comedor para mas o menos 20 personas, 6 baños, un patio enorme con una gran piscina y dos salas de estar
—Y esta es la segunda sala de estar— termina de explicar
—Wow...— me quedo en silencio por unos segundos— esto es... wow
—Es un poco grande, así que trata de no perderte- bromea ella y nos reímos
—Tia...
—Si cariño?
—Tu vives sola aquí?
—Claro, antes vivía con tu tío Robert, pero desde que el falleció, ni siquiera recibo visitas el único que me hace compañía es el pequeño Rufus— dice tristemente mirando al pequeño Chihuahua
—Oh...
No habló más hasta la hora en que tuvo que irse, y yo tampoco encontré conveniente pronunciar palabra alguna, así que solo permanecimos en silencio
—Adiós mi pequeño terroncito de azúcar- dijo besando al cachorro—. Adiós Jane
—Adiós tía, ten un buen viaje—la abrazo y ella finalmente se va
Cuando ya no veo su auto que se fue haciendo cada vez mas pequeño en la carretera, entro a la casa.

Continuará...

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Gracias por leer y no olviden dejarme su estrellita si les gusto y sus opiniones en los comentarios ❤️

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⏰ Última actualización: Mar 07, 2018 ⏰

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