Adiestrando a la Profe

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Carmen da su primera sesión completa a la nueva sumisa para a continuación exponerla las normas que tendrá que seguir si no desea que esa sesión se convierta en la última...

Carmen, como cada mañana, sintió una lengua entre sus piernas moviéndose con agilidad tratando de despertarla del modo más agradable posible. La Dominante, que en aquellos momentos de la mañana no se sentía muy lúcida, bajo su mano hasta la cabeza de la que le estaba lamiendo para acariciar la inequívoca melena Gema.

La receptora de la lamida, que no quería que aquello terminase hasta no llegar al orgasmo, colocó sus piernas rodeando el cuello de la sumisa, de tal modo que esta no podría sacar su cabeza del sexo de su Ama hasta que esta no quedase satisfecha.

Después de unos minutos de intensa lamida en la que Gema no cesó de trabajar el clítoris de su amada Dueña, Carmen acabó por correrse, llenando el rostro de la sumisa con sus fluidos.

-          ¿Dónde está mi otra perrita?- preguntó la Dominante buscando a Vanesa.

-          Se marchó a buscar a su nueva sumisa, mi Ama- dijo Gema sorprendiendo a Carmen, que buscó rápidamente con la vista el reloj de su mesilla, viendo que eran casi las 12 del mediodía.

-          ¿Cómo no me dijiste que era tan tarde, mi putita?- preguntó la Dominante acariciando la mejilla de la sumisa.

-          Lo siento mi Ama, tenía mi boca bastante ocupada- respondió la sumisa provocando que la sonrisa de la Dominante se ensanchase aún más.

Carmen salió de su cama dando un brinco, para meter sus pies en sus zapatillas de estar por casa, para caminar totalmente desnuda ante uno de los espejos que su tocador, para comenzar a peinar su larga melena de pelo negro. La Dominante se miró encantada, le gustaba la transformación que su cuerpo había sufrido en el último año, su cuerpo estaba bastante bronceado, no como cuando conoció a Sara por primera vez que tenía una piel bastante pálida especialmente en sus senos y sexo, en aquel momento su cuerpo de piel morena no tenía excepciones y lucía un bronceado de lo más uniforme.  A parte, en aquel año, también su cuerpo había ganado mucha firmeza, ya que antes de conocer a la que fue su Ama duramente muchos meses nunca se le había ocurrido hacer ejercicio, lo que había hecho que su figura se estilizase aún más y en aquellos momentos le permitiese gozar de un cuerpo más firme y de piel suave, la cual sus sumisas se encargaban de cuidar embadurnándola periódicamente con cremas.

-          Ama, Irma ya está aquí- informó Vanesa desde el otro lado de la puerta.

-          Bien, ahora mismo voy.

Carmen se calzó sus zapatos negros de tacón largo y fino y salió de la habitación, perfectamente vestida con un largo vestido azul de escaso escote y que le llegaba casi hasta los tobillos, seguida de Gema, que también se había puesto un vestido de color blanco que su Ama le había indicado.

La Dominante no se tomó la molestia de pisar con cuidado, sabía que su nueva sumisa ya estaba escuchando el taconeo de sus zapatos y que sentir que cada vez estaba más cerca provocaba excitación y nerviosismo en la mujer.

Carmen observó a su nueva sumisa desde la puerta, allí estaba Irma, su profesora de la facultad, desnuda, de rodillas sobre la alfombra, y con la vista clavada en el sofá que tenía delante. La Dominante se colocó a la espalda de la esclava para apoyar sus manos sobre los hombros de esta, notando perfectamente la tensión que acumulaba, Carmen le había hecho esperar casi una semana y la mujer estaba ansiosa.

El Ama recorrió el torso de su nueva sumisa con las palmas de sus manos, deteniéndose especialmente en los medianos senos de esta, que lucían unos pezones especialmente duros, y en su sexo, que estaba muy lubricado y depilado.

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⏰ Última actualización: May 29, 2014 ⏰

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