8. La Fiesta Apenas Comienza.

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8.

Joshua

Era viernes, y eso sólo significaba una cosa; iba a salir con Tiffany.

-¿A dónde te diriges, Josh? –preguntó mi madre cuando me vio bajar las escaleras.

-Saldré con una chica, mamá.

-¿Se puede saber el nombre de la chica?

Sonreí.

-Kimberly. Se llama Kimberly Anderson.

-¿Es nueva? Nunca había escuchado de ella.

-Si. Está en segundo e iremos a una fiesta esta noche.

-Suerte.

-Gracias mamá.

Tuve que decirle que saldría con Kimberly, ya que mi madre no aprobaría que saliera con Tiffany. Ella sabe que ha estado con más de la mitad del instituto y cómo mi padre nos abandonó, prefería no decirle que saldría con una chica igual a la que mi padre prefirió antes que nosotros. Además, si no se da cuenta, no le hace daño, ¿no?

Me subí al auto y partí a la casa de Tiffany.

Iba vestida con un vestido rojo ajustado y unos tacones plateados.

Al llegar a la fiesta, a la primera que busqué fue a Kimberly, pero no había llegado aún.

“¿Qué te sucede, Josh? Es sólo una chica de segundo” dijo una voz en mi cabeza.

“No es sólo una chica, ella es diferente” respondió otra voz.

Me estoy volviendo loco, tengo que dejar de pensar en ella.

-Josh, -la voz de Tiffany me sacó de mis pensamientos- ¿me puedes traer una bebida?

-Claro, -dije- en seguida vuelvo.

Agarré dos latas de Zarza y regresé con Tiffany.

-¿Qué es eso? –preguntó con una mueca de asco.

-Es zarza.

-¿Me trajiste una gaseosa?

-Si.

-¿Acaso te volviste loco? –Dijo histéricamente- ¡Soy porrista!

Llamó la atención de varias personas alrededor, que guardaron silencio.

-Y eso es importante porque… -dije confundido.

-¡No puedo beber gaseosas! ¡Engordan! –lanzó la lata al piso.

Ahora recordé porque nunca había salido con ella. Su asquerosa actitud superficial nunca pudo conmigo, podría ser la mujer más sexy del mundo, pero era demasiado superficial para mi gusto.

-Me voy. –Dije serio.

-¿Qué? –gritó.

-Me voy. –repetí tranquilamente.

-¡No te puedes ir!

-No me voy de la fiesta, -dije obvio- me voy de esta cita.

-No lo hagas.

-De seguro encontrarás a alguien que te lleve, preciosa. –dije cínicamente. –Eres una experta en andar de hombre en hombre, ¿no? –y me alejé.

-¡Te odio, Joshua O’ Connor! –gritó a mis espaldas.

-¡El sentimiento es mutuo! –grité de vuelta.

Kimberly

Después de que Ally y Gaby lucharan dos horas –sin esfuerzo- tratando de que me pusiera un vestido, terminaron llenas de chantilly y mojadas de pies a cabeza –después les contaré cómo-. Decidieron que era un caso perdido con lo que se refería a usar vestidos o cosas que fueran “femeninas”. Opté por usar unos jeans negros ajustados, un top azul que me llegaba arriba del ombligo, unas Vans azules y mi chaqueta de cuero negra.

-¡Wow! ¡Te ves excelente, Kim! –Dijeron las chicas al unísono.

Ellas se vistieron con lo último que yo hubiera elegido, pero no podía negar que se veían increíbles. Ally llevaba una minifalda morada, una camiseta de tirantes blanca y unos tacones morados. En cambio Gaby, llevaba un vestido negro ajustado y unos tacones rosado fosforescente.

-Ustedes no se quedan atrás, chicas.

-¡Lo sabemos! –dijeron con una sonrisa.

-Matt llegará pronto –Dije viendo la hora en mi celular- Es mejor que vayamos saliendo.

Salimos de la casa y Matthew estaba afuera de esta.

Estaba vestido con un jeans gris, una camiseta de cuadros verdes, unas Converse blancas y llevaba su cabello alborotado.

Nos examinó por unos segundos.

-Wow. –Dijo sorprendido- se ven sorprendentes.

-¡Gracias, Matt! –dije dándole un beso en el cachete. -¿Nos vamos?

-Claro.

La casa de Jackson solo estaba a unas cuadras de la mía, entonces no duramos más de 10 minutos en llegar a la fiesta.

Matt tocó el timbre.

-¡Hola chicos! –un sonriente –y algo borracho- Jackson abrió la puerta- ¡Pasen!

La casa era enorme, es más, la palabra “casa” sonaba como un insulto para lo que mis ojos contemplaron. Una sala de estar enorme, con los sillones de cuero corridos hacia un lado para hacer espacio a la pista de baile, en el patio trasero había una piscina repleta de gente y lo mejor de todo, había comida en cada sala, además de chicos lindos.

Sentí como alguien me tapaba los ojos.

-Adivina quién soy. –dijo una profunda voz, que sabía que era la de Luke.

-Dios, Charlie te he dicho que no hagas esto un millón de veces. –dije riendo.

-¿Charlie? –dijo ofendido

-¡Es broma! ¡Luke sé que eres tú!

-Eres malvada –me volví y le dediqué una mirada inocente- y adorable.

-Lo sé. –Matt me vio inexpresivo- Oh lo lamento. –reí.

-¿Qué lamentas? –preguntó Luke confundido.

-Una larga historia. –dije.

-Okay.

-Vamos, -dijo Luke sonriendo- te tengo que enseñar algo.

Maybe it is...love?Where stories live. Discover now