7. El Reencuentro y La Fiesta del Año.

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7.

Kimberly

Era Bryan. ¿Por qué rayos estaba aquí?

-Oh lo siento, que estúpido soy. –levantó su mirada. -¿Kim? –dijo sorprendido.

-Bryan. ¿Cómo estás? –dije con una falsa sonrisa.

-Bien, ¿y tú?

-Bien, hasta que llegaste. –susurré.

-¿Perdona?

-Nada, he estado bien gracias. Por cierto, ¿qué haces aquí?

-Mis padres pensaron que era mejor que estudiara aquí. Porque según ellos “Dorian High no tiene el nivel de educación que tiene la preparatoria CastleVille”. -dijo haciendo comillas con sus dedos. - Pero me alegro que hayan tomado esa decisión, si así puedo verte a diario. –sonrió seductoramente.

-Claro, yo pienso igual. –dije cruzándome de brazos.

Fuimos interrumpidos por Matthew, que me pegó un susto de muerte al llegar corriendo a toda velocidad y usarme como freno de emergencia.

-¡Matthew! ¡Casi me matas! –le grité.

-Lo siento. De verdad. –me dio un abrazo. –Pero es importante, ocupo hablar contigo.

-Claro. –dije animadamente. – ¿Nos vemos luego, Bryan?

-Por supuesto.

-Vamos. –dijo Matthew mientras me alzaba y me ponía en su hombro.

-¿Qué haces? –dije mientras reía. -¡Bájame!

-No. –dijo juguetonamente. –Tú caminas muy lento y es necesario que te cuente esto.

-¡Hey! ¡Yo no camino lento! –le pegué en la espalda. –Sólo soy pequeña, tú eres muy alto y tienes piernas largas. –hice un puchero, aunque él no podía verme.

-Como sea, Kim.

Reí.

-¿Ya llegamos? –dije impaciente.

-Sí. –dijo mientras me bajaba al frente de un árbol apartado del resto.

-¿Qué hacemos aquí?

-Escuché algo que tal vez te interese.

-Dime.

-Es mejor que te sientes. –rodé los ojos y me senté.

-Ahora sí, dime.

-Bueno lo que pasa es que, -dijo tomando asiento a mi lado. –estaba con los de último año y bueno ellos le preguntaron a Josh si ya se había fijado en alguna chica que no fuera Tiffany, porque ellos saben lo que piensa Josh de ella, que también es lo que piensan todos los demás.

-Espera un momento, -lo interrumpí. -¿Qué hacías con los de último año?

-Josh es mi primo. ¿No te lo dije?

-No, -hice una pausa.- pero no eres la única persona que se ha olvidado contarme detalles importantes.

-Lo lamento, estaba seguro de que te lo había dicho.

-No importa, continúa con lo que me estabas contando.

-Ah sí. –sacudió la cabeza. –El punto es que, él dijo que si se había fijado en alguien y que no iba a decir ningún nombre, pero que si lo había hecho y estoy seguro que ese alguien eres tú. –fruncí el ceño.

-¿Por qué lo dices?

-Porque cuando lo dijo, tú estabas hablando con tu amigo en el pasillo.

-Se llama Bryan y no es mi amigo.   

-Ah, es que pensé que eran amigos, porque te veías tan feliz cuando hablabas con él…

-Se llama actuar, Matt. –le guiñe un ojo. –De cualquier manera, dime ¿por qué estás tan seguro de que me veía a mí? Podría haber estado viendo a otra chica en el pasillo.

-Eso pensé yo, pero conozco demasiado bien a mi primo y no hay duda alguna de que te estaba viendo a ti.

-¿Y por qué rayos haría eso?

-Ya te lo dije. Le gustas. –sonrió con picardía.

-No me veas de esa manera. –lo mire seria. –Sabes que no me gusta tu primo.

-Claro como tú digas. –me dedicó una enorme sonrisa falsa.

-Te odio.

-No, no lo haces. –dijo inocentemente.

-Sí, si lo hago y mucho.

-No, no lo haces. –dijo acercándose peligrosamente.

-No, Matthew. No lo hagas. –sabía que tramaba y lo iba a impedir.

-Muy tarde, Kim. –sonrió maliciosamente.

Empecé a reírme como loca, el muy idiota de Matthew sabía que yo era una persona con muchas cosquillas y lo usaba en mi contra.

-¿Me sigues odiando, Anderson?

-¡Si! ¡Y mucho! –dije entre risas. – ¡No me llames por mi apellido!

-¿Y qué te parece esto? –me hizo cosquillas en la cintura. –Oh y yo te llamo como yo quiera, -hizo una pausa.- Anderson.

-¡Matthew James Smith! ¡Para! –dije riendo. – ¡No te odio! ¿Está bien?

-Más te vale –dijo entrecerrando los ojos.

-Odio cuando me haces cosquillas, Matthew.

-Lo sé.

-Tengo hambre.

-Lo sé.

-¿Cómo lo sabes? –dije arqueando una ceja.

-Siempre tienes hambre, Kim.

-Cierto. –dije con una sonrisa. –La comida es deliciosa.

-Lo sé.

-¿Puedes dejar de decir “Lo sé”? Es molesto.

-Lo sé. –dijo sonriendo ampliamente.

-¡Matt!

-Lo lamento, -rió. –no lo puedo evitar.

Reí.

-Eres adorable. –le jalé los cachetes.

-No son de plastilina, ¿ya lo has notado, no?

-No, y nunca lo haré. –dije sonriendo inocentemente.

-¿Vas a ir a la fiesta de esta noche?

-¿Hay una fiesta? –dije emocionada.

-Si, en casa de Jackson.

-¿Estoy invitada? –dije sorprendida.

-Todos lo están. –sonrió. – ¿No lo sabías?

-No. –fruncí el ceño. – ¿A qué hora es?

-A las 8 pm, si quieres paso por ti y nos vamos juntos a la fiesta.

-Claro, me encantaría. –sonreí ampliamente.

-Vamos por algo de comida, yo también tengo hambre.

-Está bien, vamos.

Al llegar al comedor, me esperaba algo que lamentaría por mucho tiempo, algo que aún sigo lamentando y estoy segura de que lo seguiré lamentando toda mi vida.

Maybe it is...love?Where stories live. Discover now