2.
Kimberly
Hoy era el gran día. Iría por fin a mi nuevo instituto. Pero no estaría sola, mis amigas Alisson y Gabriela, estarían ahí. Las conocía del vecindario, ellas eran mis mejores amigas desde hace unos años, gracias a ellas tomé la decisión de pasarme al instituto en el que ellas estaban. Con mi corazón en la garganta llegue al edificio azul marino y me bajé del auto prácticamente corriendo. Al fin volvería a ver a mis amigas. Al entrar, las vi. Ally era la típica chica linda, de las que todos estaban enamorados, su cabello castaño terminaba con las puntas color rubio, con ojos verde musgo y unas calificaciones que cualquiera se desearía. Gaby era alta, con sus rizos perfectos y pelirrojos, sus ojos eran grises y tenía unas curvas de muerte. Sin duda yo no destacaría a la par de ellas dos.
-¿Kim? –gritaron las chicas cuando notaron mi presencia.
-¡Chicas! ¡Las extrañe par de estúpidas! –no traté de disimular mi emoción.
-¡Tú fuiste la que se desapareció las últimas dos semanas! –dijo Gaby.
-Ven Kim te enseñaremos el instituto. –Ally dijo con entusiasmo.
Era enorme. Con dos pisos, las aulas eran preciosas. Tenían pantallas de último modelo, pisos negros, paredes de color azul marino y blanco. Nuestra aula era una de las del segundo piso, en dónde estaba la biblioteca y la sala de computación. Sin duda lo amaba. Entramos y había una enorme ventana que tenía de vista el enorme patio y comedor del colegio, situado en un edificio aparte.
-¿Te gusta? –una voz interrumpió mis pensamientos.
-Es hermoso. En el que yo estaba no era así, era un simple edificio y no tenía nada de especial. –dije sin apartar mi vista del enorme patio.
-¿Vienes? –dijo Gaby
-Claro.
Salimos y nos dirigimos directamente al patio. Había mesas por todo lado y árboles que bien podrían haber tenido más de cien años de existencia. Era más grande de lo que creía. El gimnasio estaba al costado oeste y era gigantesco. Fuimos a una de las mesas que había y tomamos asiento.
-¿Y bien qué opinas? –preguntó Ally, curiosa.
-Pues me encanta. Es como si fuera un sueño. –sonreí.
-Es bueno que te guste. Así tendremos mucho que explorar durante las primeras semanas. –Gaby mencionó entusiasmada.
Asentí.
Y entonces lo vi.
Cabello castaño, ojos cafés chocolate, alto, blanco, vestido con unos pantalones negros ajustados, una camisa blanca, y una chaqueta de cuero De inmediato supe que era el tipo de chico del que esperaba alejarme. Notó que lo miraba y me dedicó una sonrisa, una sonrisa matadora.
-¿A quién ves tanto, Kim? –preguntó Ally riendo y rompiendo el trance en el que me encontraba segundos atrás.
-Oh, a nadie en especial. –mentí.
Volvieron a ver para atrás y luego me sonrieron con picardía.
-¿Estabas viendo a Josh?
-¿Así se llama? –pregunté bruscamente.
-¡Te gusta! –dijeron al unísono.
-No como creen. –rodé mis ojos. –Él me miraba –mentí de nuevo, tratando de disimular mis nervios.
-Mejor que ni te fijes en él. –Gaby cortó el silencio incómodo que se había formado. –Es de los más populares, Joshua O’ Connor, 17 años, líder del equipo de basquetball, soltero, y conocido por ser el más deseado entre las mujeres del instituto. Es lo que tratas de evitar, ¿cierto? –dijo seria.
Suspiré. Ella estaba en lo cierto, aparte no pensaba ir y hablarle, ¿o sí? Era todo lo que esperaba evitar en estos momentos. Pero debía admitir que era lindo.
