Un mundo color gris

-5-

Iba en camino a la gran base de Eggman situada en el bosque, como todos los días,pero la diferencia de hoy, era en las cosas en las que venía pensando. Solo podía pensar en ese sueño inusual sobre Rose.

En mi camino, me tope de nuevo con esos cerezos, que ahora desprendían más pétalos de sus ramas, yo solo los veía caer sin expresión alguna.

A muchos esta clase de arboles les fascina, es una maravilla por su inusual color, tal vez esa sea la parte por la cual no los aprecio, yo no puedo ver los vívidos colores.

Ya no me encontraba a una muy larga distancia de la base, eran tan solo un par de metros, pero a lo lejos identifico una silueta, provenía de un erizo, al cual yo reconocía.

Era "Sonic", ese erizo tan fastidioso para mi, pero...¡¿Qué hacia ahí?! ¿es que acaso ayer no tuvo suficiente?, por lo que veo no. Empiezo a ir más rápido, solo para encontrarme a un muy enfadado erizo.

Se acerca lo más que puede a mi.

-¡¿Qué le has hecho a Amy?!.-Me pregunta furioso y me jala hacia él para que le vea a los ojos y no pueda escapar.

-Yo no le hice nada.-Le respondo con mi actitud seria y cortante, como de costumbre.

-Mentiroso! ¡¿Acaso crees que creería que ella se fue por voluntad propia?!, Ella me adora!.-Se "defiende" de mi respuesta, ¿Qué rayos le ocurre?

-¿Y que te asegura que NO se fue por voluntad propia?, después de lo que hiciste era obvio que no te quería ver.-Yo le digo firme y ahora ya un poco molesto.

-Espera... ¿Cómo sabes eso?.-Pregunta desesperado, algo que me toma por sorpresa.

-No te importa.-Con toda la frialdad que puedo acompañada de la seriedad le dejo en claro y me suelto de su agarre, el azulado queda con una expresión de sorpresa y desesperación, mientras que yo me voy sin expresión alguna.

Camino por esos fríos y oscuros pasillos, para finalmente llegar al centro de esta enorme "base". Después de un largo camino, lleno de sonidos de mis pasos huecos, cada vez menos fuertes en cada paso que doy, llego al centro. 

Una vez ahí no puedo observar a nadie...todo se encuentra silencioso y desértico, esta en total oscuridad, decidido a encender el apagador, me dirijo donde se encuentra la salida, ahí a un lado derecho está el apagador, pero obviamente mis sospechas son ciertas, no se encontraba nadie en esta enorme base. 

Exploro los rincones de la sala, hasta que en los monitores encuentro algo que captó mi total atención, era una nota. Y en efecto era de Eggman.

Shadow: 

Hoy he decidido ir a buscar las esmeraldas roja y amarilla, para mi nuevo plan de dominar el mundo, tendré que viajar lejos, tal vez sean días o incluso semanas, hasta entonces cuida de la base.

Eggman.

Al leer la nota no puedo evitar pensar en lo que hará ahora, las esmeraldas contienen un gran poder, al unir las 7 esmeraldas, es capaz de destruir, pero ¿dos esmeraldas? ¿Por qué las querrá? ¿qué poder tienen en especifico?

No le doy mucha importancia, y me voy de ese lugar. 

Solo camino a la nada, vagando.

Unas ganas incontrolables de querer suicidarme me vienen, como cada día de esta terrible existencia, "No debería vivir", es lo único que pienso, quiero suicidarme, he querido hacerlo desde que la recordé a ella, mi amada María.

Me dirijo a las afueras del bosque, precisamente a mi "hogar". Al llegar, en la mesa se encuentra una pistola, cargada y preparada para la ocasión.

La sostengo con firmeza y apunto a mi cabeza. Tomó valor para poder hacerlo, es momento.

Le quito el seguro, y mi mente trae esos pensamientos, al parecer mi mente sabe muy bien que hacer.

Su voz, sus cabellos, todo de ella viene a mi mente, a diferencia de todas esas veces, esta vez siento mucho dolor y estoy decidido hacerlo, pero mi mente tiene una jugarreta, esta vez cuando estoy por jalar el gatillo, los recuerdos de Rose son reemplazados.

Rose... 

Su bello rostro, sus inusuales cabellos, su vestimenta diaria que la hace ver tan bonita. Su actitud tierna y a veces infantil o incluso enojada, no se sabe viniendo de ti.

Amy Rose, la chica que trajo vida a este anti-social chico.  

-Maldita sea...-Me rindo de mis memorias y bajo la pistola y la coloco en un cajón del mueble que se encontraba cerca de mi alcance.

...

Salgo de la casa y me dirijo al centro comercial, por víveres, ya que ya no quedaba nada en mi alacena. 

De nuevo me voy caminando al centro comercial, después de un largo camino, llego a mi destino.

No pierdo tiempo, agarro una cesta y me dirijo por mis compras.

Lo primero en mi lista: Huevos. Me voy a la sección donde se encuentran los huevos, pero a distancia, puedo reconocer aquel corte de cabello, es Rose.

Solo desvío mi mirada y regreso a lo mio. Pero inevitablemente, la chica nota mi presencia y se acerca a mi.

-Shadow!, ¡Que alegría verte de nuevo!.-Me dice con entusiasmo y un pequeño sonroje.-No pude despedirme de ti.

-Tuve que irme a atender algunos asuntos.-Respondo con un poco de frialdad.

-Oh, ya veo, pensaba hacerte un pastel.-Sin pensarlo la eriza lo dice de alguna forma descaradamente.

-Un pastel? ¿Por qué?.-Pregunto sorprendido ante la confesión de esa eriza.

-...-Se queda callada y avergonzada al no saber que responder.

-Ah... No importa, no tienes porque molestarte.-Respondo abriéndome más a ella.

-No, no es una molestia, y-yo quiero hacerte un pastel.-Casi gritando por el nerviosismo que llevaba me confiesa, yo solo respondo con una expresión sorpresiva. 

La eriza solo desvía su mirada avergonzada, y observa al suelo.

Suelto un suspiro resignado y antes de marcharme de ese lugar, volteo a verla y le digo como últimas palabras:

-Mi sabor preferido es el de chocolate, claro por si querías saber.-Enseguida me marcho de ese lugar, dejando a una muy sonrojada y sorprendida eriza.

Continúo con mis compras, y una vez que las termino, me dirijo de nuevo a mi casa. 

Lo único que hago es acostarme bruscamente en la cama y pensar sobre ese suceso extraño con esa eriza, sólo sé que perturbó mi mente todo el día.

Continuará