¿Qué pasó con Joe?

Cuatro

Hola lectores, mil disculpas por la tardanza, intento ser constante pero últimamente no he sabido administrar mi tiempo, además de que estoy con algunos asuntillos que no he podido resolver aún; pasando del tema quería pedirles que comenten, voten y compartan mi historia;además es importante para mi saber que piensan de los personajes, o que recomendarían cambiar, cosas de ese tipo. En fin, les dejo leer de una vez, los quiero. Besos.

Los meses siguientes no pude ver la misma sonrisa que asomaba esos pequeños dientesillos en la cara de Joe, su madre había mejorado, pero él estaba tan triste que no sabía que hacer, así que de vez en cuando recolectaba pequeñas flores en una caja de madera para regalarselas, algunas de ellas se marchitaban hasta hacerse polvo, mientras que otras seguían intactas a pesar de todo.
Mamá me prohibía visitar la casa de Joe después de lo sucedido la última vez, así que él venia a verme de vez en cuando. Traía una mochila colgando en la espalda con infinidad de juguetes, aunque eran innecesarios, pues mis padres me inundaban de regalos y mi habitación tenia variedad de cosas que toda niña desearía.
Desde que los tramites del divorcio comenzaron mis padres competían entre si para ganarme; papá traía juguetes y curiosidades, mientras que mamá me cocinaba ricos pasteles y me colmaba de golosinas aunque para ser sincera no me interesaba mucho. Pareciera que estaban formando a una niña malcriada, pero al no tomarle mucha importancia pasaba de largo lo que hicieran.
Mi padre se caracterizo siempre por ser muy carismático, con mejillas regordetas y por lo menos un 30% de su dentadura era postiza, siempre olía a tabaco y a loción; usaba trajes de segunda mano que arreglaba para que se vieran como nuevos. En sus manos gordas siempre llevaba anillos de oro y plata, lo curioso es que conducía un pequeño escarabajo color azul desgastado y en malas condiciones.
Mamá por otro lado usaba el cabello corto, esponjado, muy al estilo de los 60's. De complexión mediana, estatura baja y lentes de alambre, siempre caminaba segura de si misma. Muy femenina y nunca perdía el estilo.

Cierta noche desperté por un poco de agua y encontré una escena digna de una telenovela; papá había estado tocando por media hora la puerta y mamá estaba demasiado enojada como para abrirle. Me asome por la ventana del comedor y vi a mi madre abriendo lentamente la puerta; mi padre entró eufórico y depositó un beso en su mejilla, olvidando por completo que estaban en proceso de separarse. Se notaba a kilómetros que había estado bebiendo, y por la expresión de mamá pude corroborarlo.
Mamá le decía en voz un poco baja que tenia que irse, pues eran las tres de la madrugada y no era buena hora para visitarme, pero papá hizo caso omiso y se dirigió a su escarabajo sacando de la parte trasera un televisor nuevo.

-Me lo gané en una rifa. Es su regalo de mi niña.

-No puedes ir por la vida así, Leonardo. No la quieras llenar con regalos caros.

-Tranquila, que esto no es para "ganármela" como tu crees. Esa niña se merece todo el amor del mundo, lo sabes. Es más, si quieres dile que la hemos comprado ambos, para que veas que egoísta no soy. -Mamá seguía con el ceño fruncido mientras que papá la veía con cara de enamorado y se tambaleaba con la televisión en los brazos.-Dejame ver a mi bebé, deja le doy un beso de buenas noches, por favor. Hace bastante que no la veo, solo un beso en la frente y me voy, Sofi, por favor, por favor...

Papá seguía repitiendo "por favor" mientras que lloraba tambaleándose más y aún con la televisión en los brazos. Por lo que mamá accedió a que pasara, no sin antes tomar las llaves de su beatle y ponerle seguros a las puertas; miraba a mis padres como si aún existiera un poco de amor entre ellos, una pizca por lo menos. Mi madre le preparó una leche caliente, dejando que se quedara a dormir por esa noche, pues aunque lo negara, ese par aun se querían.