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Sentí mi cuerpo pesado en cuanto me levante, mis ojos estaban hinchado y ardían no quería levantarme de la cama.
JungKook acaricio mi mejilla de una forma tierna.
Se acercó y beso mi frente.

— Te prepare el desayuno -

Me senté en la cama y lo mire fijamente, había pasado de tener una vida activa en la cual solo me preocupaba mis estudios, mi futuro y el policía ninfómano, que me buscaba constantemente y que había conocido de la forma más bizarra de todas. Ahora ese ninfómano me estaba protegiendo de un posible secuestro. Mi vida lo poco que tenía se había destruido.

— Levántate por favor o tendré que alzarte - dijo con una sonrisa y acariciando su nunca.

Con fuerza me tomo de la cintura y me alzo en el aire como la última vez, con pasos firmes y rápidos me llevo a La Cocina donde me sentó en la silla. El desayuno se veía bastante potente, un café con leche, medialunas con jamón y queso ¿No es muy temprano para todo esto?

— No me obligaras a darte de comer en la boca ¿no? - se acercó con la intención de cumplir con lo que decía.

— No no puedo comer yo sola - el cafe con leche estaba justo como me gustaba dulce.

JungKook estiró la mano por arriba de la mesa y tomo la mía, entrelazo nuestros dedos y me quedo mirando con ternura.

— Estoy bien - mi voz decía todo lo contrario.

— Lo estarás hoy es sábado ¿Que te gustaría hacer? - preguntó cambiando de tema.

— Primero bañarme y cambiarme de ropa -

— Buen punto te llevo hasta tu casa - sugirió.

Asentí con la cabeza, terminamos de desayunar en silencio en ningún momento soltó mi mano, comenzamos a caminar hasta mi casa JungKook había pasado su brazo sobre mis hombros y caminaba a la par mía un silencio que poco a poco me volvería loca pero que no hice nada para llenarlo. En 20 minutos estuvimos en mi casa el dibujo estaba ahí en el piso quería sacarlo tirarle pintura encima, que desapareciera.

— Lo borraremos no te preocupes - dijo dándome un beso en la sien.

Saque las llave y entre seguida de el, ni bien cerré la puerta de la entrada mi madre salió furiosa de La Cocina. Gritando un diccionario entero de malas palabras.

— Mamá - dije haciéndole una seña a JungKook.

Ella se detuvo en seco y luego sonrió.

— Soy Eliza su madre - se presentó.

— JungKook... -

— Mi novio - termine por el.

Tanto el como mi madre me miraron sorprendidos.

— Ah mucho gusto - dijo mi mamá -... Astrid podemos hablar en la cocina - su tono era amenazador.

— Si no queda otra siéntate - le dije a JungKook.

Entre después de mi mamá y cerré la puerta detrás nuestro, me estaba preparando para lo peor.

— Has estado últimamente muy rara, no vienes a casa y no me decías a dónde estás y ahora sales con un novio -

— Ma cuando no te decía a donde estaba es porque estaba con el -

— ¿Hace cuanto lo conoces? -

Dos semanas.

— Un mes y medio - le mentí obviamente.

— Mira no se en que estas metida pero si eres feliz prometo no meterme - su rostro reflejaba miedo constante.

— Gracias vine a buscar ropa y me voy -

— ¿A que te refieres con irte? - dijo agarrandose de la mesa.

— Voy a salir con ella ¡Dios mamá no! - le reproche.

Estaba loca si pensaba que me iba a ir de casa.

— Menos mal Dios no estoy lista para eso -

— Ni yo - dije y salí rumbo a mi pieza.

Al subir tome la mochila y metí tres muda de ropa, supongo que mi estadía en la casa de JungKook va ser seguida al menos un tiempo, hasta que se cansen, los atrapen o peor me agarren.
Al salir vi a JungKook con mi mamá hablando se lo veía no abatido su cara gritaba "Sáquenme de aquí" al verme sonrió de forma aliviada.

Esta vez yo lo había salvado.

The boy in the train +18 [JungKook] *TERMINADO*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora