Esta es un artículo que me pidieron desde la semana pasada en un grupo de Facebook. Debo admitir que dudé un poco sobre si hacerlo o no, porque es un tópico tan complejo que no me sentía a la altura (mido 1.64 m., con eso les digo todo), pero al final me tienen aquí, frente a la PC y con 10 páginas web diferentes abiertas al mismo tiempo para poder darles al menos un resumen medianamente detallado sobre la construcción de las subtramas.
¿Qué es eso y con qué se come?
En pocas palabras una «subtrama» es toda línea argumental que transcurre dentro de una misma historia pero que no entra en la esencia de la misma. Este es un concepto muy genérico y no debería entenderse a rajatabla, porque hay muchos matices.
Pongamos un ejemplo de lo mencionado: tengo a mi lado la novela «Hush, hush» de Becca Fitzpatrick (no me maten, la compré hace como cuatro años) y en ella *ALERTA DE SPOILER, LEA BAJO SU PROPIA RESPONSABILIDAD* hay una subtrama tan compleja que modifica y enriquece el tema principal: la pelea entre Patch y su nephilim vasallo cuyo nombre no puedo recordar (y no me lo leeré de nuevo solo para complacerte).
Otro ejemplo: En La guerra del fin del mundo de Mario Vargas Llosa hay un sinfín de historias pequeñas de un capítulo cada una, sobre las vidas anteriores de los personajes seguidores del predicador que impulsa la nueva monarquía en el Brasil; en este caso, dichos relatos no modifican la historia principal, pero satisfacen nuestra necesidad de conocimiento sobre esas piezas de ajedrez tan variopintas y que al mismo tiempo describen la realidad cultural de la recién fundada república.
Vale, me quedó claro. Pero ahora, ¿como saber si mi historia tiene una subtrama?
Nada más sencillo. Tomate un tiempo para leerla, y piensa de que va (te sorprendería la cantidad de veces que he visto historias que más parecen un conjunto de borrachos dando tumbos por la narración), cuando la hayas identificado, observa todos esos párrafos, diálogos, escenas o cualquier otra cosa que creas no encaja con ese tema recién descubierto, y allí tienes tu subtrama.
Claro, falta que definas si es necesaria, o si esas 25 páginas en las que relataste el idílico amor que protagonizan el maestro de religión de tu escuela y la enfermera del hospital del costado tiene algo que ver con el apocalipsis zombi que deseas escribir.
Okay, el pobre Casimiro y la srita. Abril tendrán que esperar a mi próximo best-seller, pero ahora ¿Cómo saber cuales son las necesarias?
Vamos a poner un ejemplo sencillo. Observa esta imagen.
Nuestro objetivo es determinar los elementos necesarios para que la población masculina de perritolandia pueda sobrevivir.
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Por alguna extraña razón el perro que acabo de adoptar no puede vivir sin morder mis zapatos.
¿Diste con el clavo? ¿Puedes asociar este ejemplo con el objetivo de este artículo? ¿No? Pues vaya que eres lento.