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—La mayoría prefiere cuchillos, hachas de combate, entre otras, yo me incluyo en esa lista de vez en cuando. —Se burló de sí misma con gracia. —Nunca piensan en lo más común. —La mujer paseaba de un lado a otro viendo a su víctima. La bruja estaba aterrada. —No piensan en los objetos comunes, querida Dolly. —Vio sus propias manos, la jeringa "vacía" parecía impresionar.

—Juro ya no hacerlo... Solo es mi trabajo. —La bruja lloraba. Sin magia, sin fuerzas, estaba a merced de su secuestradora.

La raptó cuando salía de un bar poco después de la media noche, contando las horas ya debían ser más de las tres, pero no podía saberlo con certeza. Según explicó la secuestradora, le había dado hierbas que adormecían su magia a pesar de que no hacían falta.

Dolly no sabía que era una mujer hasta que habló, aunque las manos que le cubrieron la boca le dieron una pista debido a su tamaño, pero también sintió algo suave cuando la sujetó: los pechos.

—Crear hechizos para vampiros, anillos y otras cosas no es un trabajo digno de bruja, querida Dolly. —Abrió la aguja, pasándola por el rostro de Dolly sin hacerle daño. Ella se puso aún más nerviosa, ¿En serio eso era una bruja ayudante de vampiros? ¡Qué vergüenza! Aunque no le sorprendía.

—¡Es todo lo que puedo hacer! —Gritó antes de sentir un fuerte golpe en la cara; su secuestradora la había abofeteado, tan fuerte que se vio obligada a escupir la sangre en el suelo.

En un inicio no se sentía amenazada por quien le había secuestrado pues, a pesar de todo, era pequeña, pero conforme pasaban los minutos comenzaba a notar que su tamaño era proporcional a lo peligrosa que era.

—No me levantes la voz. —Lo que más molestaba a Dolly era que su secuestradora tenía una máscara que le cubría parte del rostro, hecha de encaje negro, delicada y fina pero no podía detallar sus características debido a la oscuridad, solo sabía que algo relucía en esa mascara.

Y que era lo suficientemente amplia para impedir que pudiera reconocerla.

—Por favor...

—El aire nos da vida, pero también la puede arrebatar. —Contrajo la jeringa, como si estuviera atrapando con ella algún medicamento, pero solo atrapó aire, el cual hizo que las pequeñas gotas que ya había ahí se notaran. —Pero el aire en la sangre es letal, más cuando tienen un poco de limpiador. Pero estoy divagando y arruino mi cursi discurso. —Levantó la jeringa, presumiendo de su arma barata. —Y las jeringas salvan vidas, pero con algo de jabón pueden volverse un arma peligrosa... También con el aire. —Y clavó la aguja en el cuello de Dolly, dejando que la burbuja de aire junto con el limpiador entrara en su torrente sanguíneo. —Muerte instantánea. —Palpó el cuello de la bruja buscando el pulso y como sospechaba: no había nada. —Te van a buscar, linda. Cuando te encuentren sabrán que esto es serio. Todos correrán.

Ya no había quien la escuchara, pero lo ultimo sonó como si dijera desvaríos.

***

—Vampiros, lobos y ahora una bruja. —Contaba Elijah en el teléfono que una de las brujas aliadas de Marcel había sido encontrada muerta en el bar donde trabajaba, sin heridas, solo el rojo naciente de un golpe en la mejilla y un pequeño punto en el cuello. —¿Algo que pueda hacer?

—Déjamelo a mí. —Respondió Klaus. Elijah hizo una mueca debido a que encontrar a un asesino sería un buen pasa tiempo, pero parecía que lo excluirían de eso. Vio el teléfono y colgó.

Antes de volver su vista al camino sintió un golpe, el golpe de un cuerpo que ya conocía a pesar de que lo hubiera tocado solo una vez.

—Debemos dejar de encontrarnos así, Mikaelson. —Habló la voz de Skylar. Sonaba tierno como pronunciaba su apellido, aunque muy posiblemente era su imaginación.

Distraction {Elijah Mikaelson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora