No salgas con extraños.

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La sangre comenzaba a brotar.

Y el dolor se hace más profundo.

Ya no puedo respirar; tengo que salir de aquí.

Unas manos frías me sostienen.

Nunca debí fiarme de él.

Y el aire se sale de mis pulmones.

Lucho para soltarme de sus garras.

Y recuerdo a mamá <No salgas con extraños>.

Los cuentos de Lilly  BellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora