Resaca

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¡Ay! ¡Mierda!  ¿Qué ha sido eso? Me pregunto al notar un golpe en la cabeza. Abro los ojos despacio, mientras con la mano evito que el sol me dé en los ojos. Veo como dos niños me miran sonriendo con malicia y tras coger un balón en las manos se alejan para seguir jugando. ¿Se puede saber qué hago en la playa? Mi cabeza da vueltas, realmente no recuerdo qué pasó ayer… lo último que recuerdo es… ¡Mario! ¿Dónde está? Me pregunto mientras miro a mí alrededor. ¿Me ha dejado sola durmiendo en la playa? Ni rastro de Mario. Será mejor que vuelva a casa.

                Trato de abrir la puerta. Está cerrada. ¿Ali estará despierta? No tengo el móvil… recuerdo el mensaje a Raúl y me sonrojo, debí dejarlo por ahí tirado después de enviárselo. Miraré a ver si la puerta de la piscina está abierta. Con esta resaca y trepando vallas. ¡Bingo! La puerta está abierta. Entro con cuidado intentando no hacer mucho ruido, pero me encuentro a Ali llorando en el sofá. Pensaba que estaría durmiendo. A su lado Adrien intenta consolarla.

-¿Qué ha pasado?-pregunto temerosa, no solía ver a Ali llorar. Noto como Ali levanta la mirada hacía mí e inmediatamente se seca las lágrimas.

-¿Dónde narices estabas? ¡Estaba muy preocupada!-me grita, mientras yo le miro contrariada.

-Estaba… yo… Me he despertado en la playa. Pensaba que estaríais durmiendo por eso no toque el timbre…-digo agachando la cabeza.

-Joder Naty-me dice acercándose y dándome un gran abrazo- no sabíamos dónde estabas. Ayer cuándo bajamos…-se sonroja ligeramente y mira a Adrien que trata disimuladamente de evitar el contacto visual conmigo, sabía yo que esos dos…. –bueno cuando bajamos estaban Pablo y Sonia juntos en el sofá, Eva y Mario en la piscina, bueno… ya sabes, Helena y Sergio estaban discutiendo porque Sergio le había escondido el móvil o algo así… ¿Estás bien Naty? Te has puesto blanca.

-Eh… sí… solo tengo sueño me subo arriba-¿Eva y Mario? ¿Qué narices pasó ayer? Estaba conmigo en la playa, me dejó allá dormida y, ¿volvió para liarse con Eva? Las escaleras se me hacían eternas tenía que llegar a la cama o me desmallaría. ¡Mierda el móvil! A lo mejor me ha explicado algo y yo no lo he visto… -¿Ali?

-Sí, ¿estás bien?-grita desde la parte de abajo

-Sí, tráeme el móvil por favor, creo que lo dejé en la piscina.

-Voy- A los cinco minutos aparece en la habitación y se sienta en el borde de la cama en la que estoy tumbada. – ¿Ahora vas a contarme qué pasó ayer?

-Yo… ¿te importa si lo hablamos después? –le digo mientras sonrío de forma pícara porque sé que ella también tiene mucho que contar.

-Claro-dice sonrojándose, ha entendido mi expresión a la perfección. Se aleja hacía la puerta cerrándola tras de sí.

                Miro el móvil, 20 llamadas perdidas entre Adrien y Ali, sí que debían estar preocupados. Whatsapp de Raul…  Ahora no tenía ganas ni de leerlo. ¿Mario? Nada… ¿Qué pasó ayer para que se fuera dejándome ahí para volver a la fiesta y liarse con Eva? Ni siquiera me ha mandado un mensaje… Nada… Será imbécil. ¿Por qué me da tanta rabia? Que me dejará sola es razón suficiente para enfadarse, y luego… luego él podía hacer lo que quisiera. Pero me ha dejado sola, dormida. Menudo impresentable. Creo que lo mejor es intentar dormir, espero que así se me pase un poco la resaca que tengo.

                Mmmm. Mucho mejor, he perdido la noción del tiempo. ¿Cuánto rato llevo en la cama? El reloj del móvil debe estar mal ¿tres horas? Tengo los músculos entumecidos, demasiadas horas durmiendo. Bajaré a ver dónde está Ali, aunque yo tengo poco que contar porque no me acuerdo creo que ella no ha olvidado ningún detalle. Y claramente, quiero que me los cuente todos.

                Bajo las escaleras y miro hacía la cocina, son las 7 de la tarde y veo como mi amiga revolotea con una sartén en la mano. Parece que está entretenida. ¿Y Adrien?

-Hola Ali-digo mientras me froto los ojos, creo que sigo teniendo sueño a pesar de que parezca imposible.

-¡¡Hola Naty!! Estoy haciendo lasaña para cenar, ¡mira!- Dice mostrándome todo la cocina patas arriba.

-Podías haberla comprado hecha, menudo desastre de cocina…

-Las prefabricadas no están tan buenas, ¡vas a comer la mejor lasaña de tu vida!- Afirma orgullosa de sí misma. Me siento en una de las sillas de la cocina y la observo cocinar. –Y bien, ¿me vas a contar qué pasó ayer?

-¿Dónde está Adrien?-Pregunto al notar la ausencia del rubio.

-Se ha ido con los chicos a la playa creo, ¡deja de esquivar el tema!-Suspiro y procedo a contarle todo lo que recordaba. Cuando acabo Ali me mira con la boca abierta.

-¿Te dejó ahí tirada ese desgraciado?-Me limito a encogerme de hombros.- ¡Se va a enterar ese tío!

-Déjalo estar, no pasa nada, además no recuerdo qué pasó… -trato de cambiar de tema, nunca me han gustado demasiado los conflictos- ¿Qué paso ayer con Adrien? –le miro sonriendo con picardía.

-¡Ay!-suspira, sabía que este tema le haría olvidar sus malos humos al instante.

                Me empieza a contar todo lo sucedido. Subieron a la habitación y empezaron a liarse. Ali no solía perder el tiempo. Sin embargo, en esta ocasión fue diferente. Lo noté mientras hablaba. No habían hecho nada. Se habían besado y cuando iban a pasar a tocarse Adrien la paro. Le dijo que no. Ali seguía sorprendida, no entendía esa reacción, no la entendió ayer y seguía sin entenderla hoy. Adrien la cogió y le puso la cabeza en su pecho mientras le acariciaba el pelo. Esto sorprendió todavía más a mi amiga. Debieron estar horas hablando. Después bajaron y como me dijeron cuando volví a casa, yo ya no estaba.

-¿No os acostasteis?-pregunto con incredulidad.

-¡No Natty! Y de verdad, pasé la mejor noche de mi vida. Adrien… no sé… me hace sentir diferente…

-¿No te estará gustando más de la cuenta no Ali?-Pregunto intentando picarla, a ella siempre le habían gustado las cosas fáciles, sin complicaciones, como ella solía decir “disfruta del sexo amiga”. Sin embargo, la miraba y estaba tan diferente. Hablaba de Adrien y se la veía risueña… Nunca la había visto así, bueno… una vez… pero creo que lo mejor era no recordárselo.

-¿Qué dices? Para nada, ¡esto es un reto! Tengo que conseguir que se acueste conmigo y lo hará, sabes que lo hará-sonreía pero yo seguía viendo ese brillo en sus ojos, no me estaba mintiendo. Ella estaba convencida de que lo que decía era cierto… pero soy su amiga, yo sé que no es así.

-Ali, la lasaña-le digo mientras señalo el montón de humo que sale de mi horno. –Algún día me quemarás la casa.

-No, no, no… ¡Mi lasaña!-grita mientras se abalanza sobre el horno. Está completamente negra, no pretenderá que comamos eso ¿no?

                Me encuentro sentada a la mesa mirando la negra lasaña y revolviéndola con el tenedor, buscando qué parte está menos chamuscada. Miro a mí alrededor y Adrien hace lo mismo, pero sonríe a Ali que le mira con cara de pocos amigos. Ninguno de los dos la hemos probado todavía y mi amiga empieza a impacientarse.

-¿Queréis probarla ya? No puede estar tan mala- Asegura frunciendo el ceño. En ese momento suena el timbre. ¡Sí! Salvada por la campana.

-Yo abro-Ali me mira reprobando mi comportamiento mientras se echa un mechón de pelo hacía atrás en un gesto de enfado. Vuelve a dirigir su mirada hacía Adrien, haciendo que se apresure en comer. Al llegar a la puerta la abro, cualquiera que sea es bienvenido por salvarme de esta… Pero ¿Tú?

-¿Qué haces tú aquí?

Apaga el solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora