¿De qué vas?

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-¿Qué haces tú aquí?

-Cualquiera diría que no te alegras de verme herma…-No dejo que termine la frase porque me lanzo a sus brazos- esto es otra cosa pequeñaja-dice sonriendo.

-¡Alan! ¡Como me alegro de verte! Pero, ¿Qué haces aquí? ¿Saben algo los papás?

-Sí, no te preocupes fui a verlos antes de venir-Dice cerrando la puerta y dirigiéndose al comedor. Ahí seguía Adrien intentando probar un bocado de lasaña ante la atenta mirada de Ali, cada vez más inquieta. Al ver a Alan, mi amiga se sonroja y se levanta para darle un abrazo.

-Me alegro de verte Ali, ¿qué tal el viaje amigo?-dice mientras se dirige a Adrien mirándole con una cara que no sabría descifrar…

-Muy bien, me alegro de verte. Pensaba que llegarías ayer.-dice estrechándole la mano a Alan.

-Sí, pero hubo complicaciones…

-Y, ¿bien? No piensas contestarme Alan- pregunto impacientándome, tengo la sensación de que oculta algo. Es muy raro que venga, aunque parece que ya lo tenía planeado…

-¿Acaso necesito una explicación para ver a mi hermanita pequeña?-dice dándome un abrazo y un montón de besos. Yo sonrío, como lo he echado en falta.

-Me alegra que estés aquí, además así podrás probar la riquísima lasaña de Ali-le digo, riéndome al ver la mueca de disgusto de Alan.

-¿Y qué tal si pedimos unas pizzas?-pregunta tímidamente mi hermano.

-Perfecto-gritamos Adrien y yo al tiempo que Ali hace un gesto de no estar de acuerdo.

-Vamos tampoco está tan mala…-nos reprocha.

-La mayoría ha hablado-digo yo riéndome.

                Nos hemos comido unas pizzas mientras veíamos “Intocable”. Tengo que reconocer que me he dormido un poco pero debe ser la resaca. Sigo teniendo un sueño… Lo mejor será que me vaya a la cama.

-Chicos me voy a dormir. Mañana será otro día.

-Hasta mañana Naty-me dicen al unísono.

                Subo a la habitación y me echo en la cama. Debería llamar a mi madre para decirle que estamos bien y que Alan ya está aquí. Al parecer todo el mundo sabía que venía Alan menos yo. Cojo el teléfono y me viene el recuerdo del juego de anoche. Raúl. Ni siquiera he leído qué me contestó. Debería mirarlo ahora. Abro la conversación y leo “Hola Naty, yo también tengo ganas de verte. Como amigos, claro. Un saludo”. Será idiota, ¿cómo amigos? ¿Qué dice? Le voy a contestar, ya decía yo que este mensaje era lo que le faltaba para sentirse el jodido rey del mambo. “El mensaje de ayer fue una apuesta. Siento haberte molestado. Pero somos amigos ¿no? Hay confianza”. Ala toma esa majo. Tras enviarle el whatsapp a Raúl llamo a mi madre, y me hace contarle todo lo que hemos hecho, y empieza a cotorrear sobre su trabajo. Estoy realmente cansada así que decido cortar a mi madre en cuanto puedo y decirle que me voy a la cama.

                Me despierto y Ali duerme como un tronco, ¿cuándo ha subido? NI me he enterado, he dormido realmente bien. Son las 10 de la mañana, me ducho rápidamente tomo algo de desayunar y me voy a la playa. A saber a qué hora se acostaron todos para que ninguno se haya despertado todavía. Al llegar a la playa me tumbo en la arena y saco mi libro favorito “Canciones para Paula” de Francisco de Paula.

“Hotel Atrium. Habitación 322. Angel abre la puerta con la tarjeta de infrarrojos…” Empiezo a leer. Me encanta este libro, esta es la tercera vez que lo leo y cada vez me gusta más. Desde la primera vez que lo leí me quedé completamente enamorada de Alex.

Apaga el solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora