Día 3.

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La luz cegaba incontrolablemente sus ojos, tanto que no los podia abrir siquiera, se movió un poco quejumbroso, chocando así con alguien a su lado, sus ojos casi salen de sus órbitas, en menos de lo esperado ya se hallaba parado viendo como su rubio amigo dormía plácidamente sin inmutarse. Suspiró, menos mal no era otra persona, miró detenidamente el lugar, ese no era el apartamento de Niall, no, era el de Harry.

"Niall, arriba, anda debes irte ya" lo movía desesperadamente, no quería que el rizado viera que había llegado con un invitado sin avisar.

"Ya voy" se quejó levantándose y quitando las pocas legañas que cubrían sus ojos.

"Anda, ya sal de aquí" apresuró.

"Solo necesi..." unos pasos se hicieron escuchar desde el pasillo.

"¿Louis?" preguntó Harry en un bostezo cuando apareció en el campo de visión de ambos chicos.

"Me voy" fue lo único que dijo Niall antes de emprender su huida saliendo del lugar. Menos mal tenía todas sus prendas puestas.

"¿A que hora llegaste?" puso algo de agua en la cafetera, era temprano, un café le quitaría la ensoñación.

"No lo se, dos o tres de la mañana" acomodó los cojines del sofá en su respectivo lugar.

"Veo que te divertiste" apuntó al castaño.

Esté volteo rápidamente a verse, su ropa manchada de vómito, que seguramente sería de Niall, hizo una clara mueca de asco.

"Creo que necesitas ducharte" afirmó riendo.

"Eso haré ya mismo" término de recoger las cosas tiradas y se dirigió al baño.

El viento fuerte hacia que sus rizos revolotearan intensamente deshaciendo su peinado, en Londres la temporada de frío llegaba y el chico de ojos verdes necesitaba algo de prendas de invierno nuevas, por lo que en ese instante caminaba cerca de varios locales viendo la variedad de ropa que ofrecían, le costaba decidirse, así que, que mejor que Louis acompañandolo para que le diese opciones.

El chico más pequeño le pisaba los talones, su cara de fastidio era inevitable, cada que podia bufaba, odiaba las compras, además tenía un frío de los mil demonios y ni siquiera una sudadera había cargado consigo. El más alto se detuvo en un gran local donde vendían cazadoras, los ojos del ojiazul brillaron al instante.

"Necesito esa" apuntó una cazadora negra, con variedad de bolsas y un gorro que perfectamente le cubriría del frío.

"Tomala" dijo Harry entrando a la gran tienda.

"No, es decir, la compraré cuando vuelva a venir, con dinero..." tartamudeo apretando varias de las bolsas con las que ayudaba al ojiverde.

"Te la puedo comprar, luego me la pagas" sonrió buscando con la mirada a una señorita que les atendiera.

Pronto una chica de no más de 18 años les saludaba.

"Buenos días" le sonrió a Louis.

"Hola, quisiera comprar la cazadora que se muestra en una de las vitrinas" se atravesó Harry entre ellos.

"La marr..." fue interrumpida. "La negra" finalizó el ojiverde.

"Bien ahora te la traigo" aviso dando media vuelta.

"Que chica tan linda" le veía alejarse, Louis.

"No sería mi tipo" aceptó haciendo una mueca.

"Me di cuenta de ello" rió poniendo atención a las prendas que se vendían ahí.

"Pueden acompañarme para cobrarla" anunció la misma chica guiandolos a la caja. Movía sus caderas exageradamente.

Week /Historia Corta /Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora