Día 4.

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La limpieza siempre sería importante para el rizado, más aún si su madre venía de visitas, tan de repente, avisando tan solo con dos horas de anticipación.

El timbre resono haciendo que Harry dejará las labores que hacia y corriera a buscar a Louis, donde quiera que se encontrará.

"¡Louis!" llamó a la puerta del cuarto de baño.

"Ya salgo" anunció.

"Mi madre ha llegado, comportate ¿quieres?" demasiado exigente pensó Louis.

"¿Por quién me tomas?" cuestionó indignado.

"Por Louis Tomlinson" declaró riendo.

La comida ordenada había llegado justo minutos antes que Anne apareciera, eso era bueno, la mujer encantada por la comida mientras su hijo reía mentalmente al recibir halagos. Louis no se aparecía aún y para el rizado era preocupante.

"Ya vuelvo, iré a buscar a alguien" sonrió un momento para después desaparecer del comedor.

"¿Tomlinson?" su tono de voz estaba tornandose severo, prácticamente lo había dejado sólo en esas circunstancias.

"¡Harry!" exclamó nervioso.

"¿No que saldrias en cualquier momento?"

"Si lo haré, iría para allá en este momento" balbuceo con la mirada puesta en el piso.

"Ya no importa, solo no hagas ruido" suspiró dando media vuelta apuntó de regresar a donde su madre.

"Lo lamento, quiero salir, pero me siento nervioso" informó apenado.

"Esta bien, no te preocupes" sonrió con ternura.

La visita paso de ser corta a ser toda una eternidad, Harry agradeció que a su madre no se ocurriera hablar de la familia de Louis pues el castaño probablemente escucharía y para nada del mundo eso le convenía.

"Mi madre se ha ido" entró, soltando un grito al instante tapó sus ojos. "Louis tapate" gritó tentando la salida.

"Me asaba aquí dentro, perdona, ya puedes ver" acomodo su pelo algo deshecho.

"Iré con Rony, mi mecánico, necesito que revise la moto ¿vienes?" preguntó.

"No me quedaré aquí viendo televisión o buscando que pedir para la cena de hoy"  localizó uno de sus tenis.

"Te veo por la tarde" se despidió agarrando las llaves del apartamento.

Las lágrimas no dejaban de caer por sus mejillas, la película era realmente triste, muy triste, hacer llorar a Louis Tomlinson no era tarea fácil, sorbio su nariz limpiando con un nuevo trozo de papel las lágrimas que volvían a nacer de sus lindos orobes azules.

De un momento a otro la puerta de entrada se abrio dejando ver a un Harry agotado, manchado de grasa de motor por doquier. Entró sin percatarse aún del castaño llorando desconsolablemente.

"¿Qué pasa?" preguntó asustado al darse cuenta de la escena.

"Nada, solo es la película" pauso está por un momento.

"Creí que no tenías sentimientos chico frío" se burló caminando hacía su habitación.

"¡Pedí pizza!" le informó antes de que desapareciera por el pasillo.

"Perfecto" respondió sin más, encerrandose dentro de sus cuatro paredes.

El repartidor no dejaba de buscar con su mirada la de Louis, Harry buscaba dinero, un dólar les faltaba y el chico no se iría sin la paga completa.

"¿Te parece si cuando encuentre dinero lo llevo yo mismo al local?" tres cuadras a lo mucho caminaria.

"Son clientes habituales, podría ser así, o tu pequeño amigo acepta una cita y queda olvidado ese dolar" ofreció haciendo que Louis se sonrojara, el chico era alto y muy guapo para gusto de él.

"Creo que algo de dinero tendré en mi habitación ya vuelvo" su tono de voz era severo.

"Me llam..." comenzó el repartidor, fue interrumpido por Harry que volvía como rayo a la escena.

"Aquí tienes, adiós" cerró la puerta en sus narices.

"Que rudo, hubiera aceptado esa cita, chico caliente más yo igual a sexo" mordió su labio inferior sonriente.

"Aún estas a tiempo de alcanzarlo" viro los ojos con fastidio.

La pizza no duró ni media hora, la comieron con ánimo, ambos se sentían inflados, cuando la espectacular película término apagaron la tv y disfrutaron un poco del aire fresco que entraba por el balcón, las cortinas volaban debido a éste y les pegaba directamente en el rostro.

"¿Harry?" llamó el castaño.

"¿Mmh?"

"Abre tus ojos" ordenó, situado frente a él.

"Estab..." sus palabras quedaron en el aire a causa del beso repentino que Louis le estaba plantando.

Abrió los ojos más de lo normal y de un momento a otro siguió el tan anhelado roce.
Sintió la pequeña mano del más bajo viajar hasta su intimidad sorprendiendolo, más no se obstuvo, se dejó llevar por las emociones que aquel ojiazul caliente que tanto deseaba le causaba. Se separaron a falta de aire, el rizado dispuesto a seguir lo tomó de las caderas obligándole a sentarse en su regazo, Louis se froto incontables veces creando una fricción que en ambos dolia.

"Debo ducharme" se separó bruscamente el castaño, levantadose de el regazo del otro. "Y tu debes calmar eso" apuntó la notable erección del mayor. "No soy tan fácil Styles" parloteo conduciendose hasta el baño.

Ahora el rizado tenía que sacar las ganas de querer matar a Louis y también hallar la forma de bajar tremenda calentura.

Week /Historia Corta /Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora