¿Que es lo que siento? MarinetteXChatnoir *MARICHAT*

13. ¿Me perdonas?

Adrien observaba con infinita ternura el rostro dormido de Marinette, quien dormía sin ser consciente de la mirada del rubio.

Le parecía demasiado tierna y dulce, alargó una mano y acarició la sonrosada mejilla de la joven durmiente. Adrien adoraba aquella tersa piel, tan suave y clara, siempre adornada con aquel hermoso sonrojo. También adoraba cuando estaba cubierta por aquella mascara moteada que enfatizaba sus enormes pero preciosos ojos azules.

Sus dedos rozaron uno de los mechones azabaches de la joven y se lo colocó detrás de la oreja en una dulce caricia. 

-Es tan preciosa...-Murmuró en un susurro.

No sabía si era por la fiebre o porque sus hormonas estaban al limite. Llevaba demasiados días conteniéndose, demasiados días dándose autoplacer a si mismo porque la jovencita de sus sueños no le hacía ni caso, porque le había hecho daño y ella no quería saber de él ni como modelo ni como gato.

Pero ahora....estaba estirada a su lado, en SU cama, con solamente su fina y sensual ropa interior. Solamente un fino encaje cubría sus deliciosos y cremosos pechos. Solo un movimiento y podría tocarlos con sus manos.

-Maldición, no aguanto...

Sin poder evitarlo se acercó todo lo que le permitió su cuerpo adolorido y la rodeó con sus brazos. Acercó sus labios a la fina boca de la jovencita y la besó delicadamente, solo un roce pero para Adrien significó muchísimo. 

Sabía que estaba haciendo algo malo, pues la chica estaba dormida y todavía no habían arreglado las cosas entre ellos. Él no podía soportar estar más tiempo sin ella.
Amaba a aquella joven tan tierna y a la vez tan terca. 

Pero él la amaba en sus dos formas, tanto como la tierna estudiante tímida como a la valeinte heroína de París.

¿Que podía hacer para recuperarla?

¿Debía pedir perdón como Adrien o como Chat?

¿Ella podría perdonarlo?

Cerró los ojos al notar un pequeño dolor en su cabeza y se acurrucó contra el cuerpo de la joven.

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Marinette despertó con la visión de un joven rubio abrazado a su pecho. Intentó decir algo pero no consiguió pronunciar palabra, solamente se quedó mirando aquel cabello rubio que olía como los mismísimos dioses.

Maldito cabello suave de Adrien y malvado el champú marca Agreste¡

Maldijo en voz baja pero no se movió, pensando en que podía hacer ahora. Estaba claro que el chico seguía dormido y por el calor que le daba, aun tenía fiebre.
No podía irse sin más sabiendo que estaba enfermo.
Aunque bien podían cuidarlo las mil mucamas y secretaria que tenía en esa enorme mansión.

Pero Marinette no era una mala persona y aunque el chico le hubiera hecho más daño del que podía aguntar, también sabía que no podía dejarlo así solo.

Con una mano miró su temperatura y se asustó de lo caliente que tenía la frente. Con sus manos intentó apartar al muchacho para ir a por agua fría pero el chico musitó algo y se aferró más a su cintura, sin dejarla ir.

-A...adrien...-Intentó decir ella, que seguía intentado soltarse de su agobiante y caliente abrazo. Volvió a posar sus manos en el pecho del chico y empujó levemente.

-No....no...te vayas...-Dijo con voz pastosa y dormida Adrien

-No me iré....-Dijo ella en respuesta-Solo tienes mucha fiebre...

Adrien abrió perezosamente los ojos y se apartó lo suficiente como para ver su rostro sonrojado y algo molesto. El chico cerró los ojos pesadamente, pues no podía ver demasiado bien pero sabía que era ella y que no quería que se alejase de él.