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  —Esto va cada vez a peor—Inquirió papá descolocándose los cabellos con nerviosismo—Tenía planeado vender ese cáliz a la señora Chamack, me dio el pago por adelantado y acordamos hacer el intercambio esta noche en el corral de comedias

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  —Esto va cada vez a peor—Inquirió papá descolocándose los cabellos con nerviosismo—Tenía planeado vender ese cáliz a la señora Chamack, me dio el pago por adelantado y acordamos hacer el intercambio esta noche en el corral de comedias.

  —¿Cuánto ingresaste la última vez?—Preguntó mamá colocando las flores del jarrón.

  —Doscientas monedas—Papá se dejó caer en el sillón del gran recibidor—No puedo permitirme el lujo de pedir mas dinero a la casa real, el rey ha comenzado a sospechar y será cuestión de días que nos pida intereses por cada préstamo.

  —¿No eres acaso su mano derecha, querido?—Mamá dejó caer una de las flores y se sentó a lado de mi padre.

  —Sí... Ya lo sé, y por eso es aún más arriesgado—Carraspeó llevement, alzó su mirada hacia mí, y me sonrió—Esta mañana a primera hora se ha presentado formalmente el señor Jouvet.

 Parpadeé varias veces y me incliné levemente sobre mi asiento para prestar más atención. Mi padre soltó un pequeño suspiro y se dispuso a proseguir.

  Unos golpes lo detuvieron y sonaron en la puerta. Evalyn, nuestra doncella nos hizo una pequeña reverencia y caminó por el pasillo principal hacia el gran portón de la entrada. Miré de nuevo a mi padre y me incomodé levemente cuando noté sus ojos puestos en mí. No tenía buenos presentimientos frente a todo esto, sabía que estaba planeando algo en lo que me hallaba sumergida, especialmente si el "Señor Jouvet" andaba de por medio. Ese señor repeinado y coqueto cuya preocupación no iba más a allá del color de sus leotardos estaba intentando cortejarme ya hacía unos cuantos meses.

 Una chillona voz resonó por todo el pasillo y enseguida supe quien estaba tras aquellos golpes, sonreí para mí misma, recogí mis faldas y caminé hacia mi amiga, no sin antes hacer una leve reverencia hacia mis padres.

 No fue necesario que saliese de la habitación, pues ella ya se había hecho presente en el gran salón de la mansión.

  —Majestad, que agradable sorpresa—Mi padre hizo una gran reverencia a lo que fue seguido por mamá.

  —Señorita ¿No considera usted muy arriesgado para una princesa salir del castillo? Y más siendo una dama de su posición.

 Mis ojos se posaron pícaros sobre Chloe, sabía perfectamente que para ella salir del castillo no era un problema sobre todo si sus sueños y deseos son más fuertes al temor que acechaba la ciudad de París.

  —No debe preocuparse por eso Señora Dupain-Cheng, he venido con escolta, hay al menos diez hombres allá fuera esperando por mí—Sonrió para ella misma y me miró con un brillo en sus ojos—Además tengo que hablar con su hija, hay algo muy importante que quiero decirle.

 Papá se aclaró la garganta y se removió levemente en su sitio.

  —Está bien, id—Nos hizo un gesto con su brazo indicándonos que cogiésemos una habitación de la primera planta.

©Ladrona de Corazones |SCR1| {Miraculous Ladybug}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora